Lic. Douglas Abadía Cárdenas
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Debido a gajes del oficio, he tenido que conducir mi vehículo a todas horas dentro y fuera de la ciudad capital. He circulado por las calles, avenidas y carreteras de nuestro bello país a toda hora que se puedan imaginar. He sido testigo de un sinnúmero de vivencias y experiencias extraordinarias.

Comento lo anterior debido a que a todas horas, en todo el país, he observado a decenas de vehículos, en su mayoría, de empresas privadas guatemaltecas y algunas multinacionales con presencia en el país emanando humo negro de sus escapes; contaminando todo el entorno, y sobre todo a nuestros organismos. En algunos casos también poseen pilotos extremos irrespetuosos de las señales y de las autoridades de tránsito.

Recuerdo que era adolescente cuando el Ministerio de Ambiente obligó a los conductores a poseer un certificado donde se indicaba que el vehículo no emanaba gases para poder circular.

Considero que las empresas privadas generan empleos y riqueza, en un sistema de libre mercado este enunciado no es nada del otro mundo. El meollo radica en que dichas empresas privadas y multinacionales deben de incluir en sus gastos, el servicio hacia su flotilla de vehículos, pues es urgente y necesario colaborar en aras de fortalecer la conducta de cuidado hacia nuestro medio ambiente e ir concretizando la responsabilidad social empresarial en Guatemala. Por supuesto que existen empresas privadas y multinacionales que son responsables con este tema. Lamentablemente creo que son una cantidad considerable de empresas productoras de smoke.

El transporte colectivo, vehículos y motos también contribuyen en la generación de smoke a toda hora, en especial en horas pico.

Por otro lado, el MARN debe de crear y/o fortalecer políticas públicas que fomenten el cuidado del medio ambiente; en caso contrario sancionar drásticamente a dichas empresas que contaminan el país que les genera riqueza para sus bolsillos.

El cambio climático y sus terribles efectos negativos, además de la sobre población mundial y por si fuera poco, la falta de conciencia de parte de segmentos de la población que no entienden el problema o se hacen los locos; están azotando intensamente al mundo y a Guatemala.

Una de las causas de conflictividad social en el país, radica en el uso y administración de los recursos naturales; muchas poblaciones de guatemaltecos han formado sus comités pro cuidado del medio ambiente.

Necesitamos desarrollo económico y de manera integral, pero también necesitamos que ese desarrollo sea sostenible, es decir, que se consuman los recursos naturales en la actualidad sin comprometer el uso de los mismos hacia futuras generaciones.

Ya es tarde para empezar a pensar en verde, a velar por nuestros recursos naturales, nuestra flora y fauna, ecosistemas, océanos, lagunas, lagos, ríos, el agua, etc. Es momento de empezar a innovar y apostar a tecnologías ecológicas, bienes y servicios amigables con el ambiente.

A modo de comentario, felicitaciones a San Pedro La Laguna, ubicado en el paradisiaco departamento de Sololá por apostar a través de su Alcalde municipal al no uso de materiales que contaminen el lago de Atitlán, como bolsas plásticas, duroport, entre otros.

Guatemala necesita seguir siendo ¡El país de la eterna primavera!

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