Lucrecia de Palomo

Aun cuando nos estamos acostumbrando a ciertas escenas de la vida política cotidiana, y hasta las aceptamos como tolerables sin serlo, existe una que para mí es inaceptable. No puedo entender cómo un maestro que se expresa con vocabulario soez, tiene poco conocimiento sobre pedagogía, hace décadas no pisar su aula, pueda ser un dirigente magisterial; un líder que apaña e induce a que en su departamento se suspendan clases en forma prolongada y continua por huelgas de maestros. Pero aún más inaudito e intolerable es que este profesor sea quien dicte muchas de las políticas educativas del país.

El viernes pasado se volvió a observar la escena del beso de Judas. El Presidente de la República y su Ministro de Educación -como lo han hecho los últimos gobiernos- dieron una función mediática-política. Con halagos del Presidente al profesor, con aplausos de los acarreados -que llenaron el Domo- se festejó la alianza educativa entre el sindicato magisterial y las autoridades. ¿Alianza para qué? ¿De qué?

Hace tan solo un mes, en el Encuentro por la Calidad de la Educación y las Nuevas Tecnologías, el presidente Morales dijo a los presentes que había pedido a Joviel Acevedo que “estudien la opción de que los maestros trabajen durante las dos semanas de noviembre”. El respeto del pueblo hacia sus autoridades se gana e inicia ante el cumplimento de la ley; la ley manda 180 días lectivos que no se han cumplido en el sector público. Al pedirle “favor” al profesor de algo que se debió exigir quita autoridad al mandatario. Los 180 días no son una opción, es una obligación; la misma ley contempla que si es necesario trabajar el mes de noviembre se debe hacer. Por tanto, si una escuela no cumple con este requisito, por cualquier razón, es obligación del Mineduc exigirlo. Pero adivine que, la opción solicitada fue negada en esa alianza del beso de Judas. Ya llegó la circular oficial a las Direcciones Departamentales en donde se indica que oficialmente el ciclo se cierra el 31 de octubre, sin importar si se cumplió o no con los 180 días. ¿A quién beneficia la alianza?

Quienes tenemos un poco de memoria sabemos y conocemos cómo este infausto personaje sindical y su grupo de seguidores es causante de la debacle de la educación nacional y ha sido protagonista en la desestabilización del sistema político. Nunca ha sido su prioridad la educación. Nuestros niños han sufrido huelgas magisteriales durante meses, ellos han tomado el Edificio Central del Ministerio así como las Departamentales de Educación (en concordancia con el presidente Colón); miles de plazas se les han concedido para mantenerlos contentos, se permitió el cobro del porcentaje sindical a los maestros del sector público aun cuando no pertenecían al sindicado. Recordamos bien las cajas de pollo frito que se les entregaba a sus compinches cuando tomaron Belén para presionar al gobierno de turno (en este caso apoyados por grupos económicos). Cómo olvidar la presión que ejerció para cancelar el programa de profesionalización de los maestros del Estado, cuando más de 60 mil docentes del sector público estaban ya en las aulas universitarias y las prebendas que el gobierno del PP les dió. Pero lo que llora sangre fue ese aumento al presupuesto del Mineduc, en más de 4 mil millones para su beneficio, dinero que pudo haber sido utilizado en la reparación de todas las escuelas.

Ya es hora que la Contraloría y el MP inicien una investigación sobre éste y otros personajes nefastos, ¿De dónde procede el dinero que utiliza para las concentraciones y acarreos? ¿Quién es el patrocinador gamonal que está detrás de las manifestaciones? Pero sobre todo, ¿cómo es que, a pesar del rechazo de la población, ahora se les responsabiliza de administrar la alimentación escolar? ¿Esas son las Alianzas que benefician a los estudiantes y se pactan con un beso?

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