Estuardo Gamalero

«La planificación a largo plazo no se ocupa de las decisiones futuras, sino del futuro con las decisiones actuales» -Peter Drucker

Asentamientos ubicados en barrancos y zonas de alto riesgo; exceso de circulación de vehículos; áreas industriales mezcladas con áreas residenciales; transporte público insuficiente; carencia de servicios de seguridad, agua, salud y educación; escases de oportunidades de trabajo formal y decente.

Los anteriores, son parte del problema que acosa la saturación de ciudades y la falta de planificación en el crecimiento de las mismas.

Este año, FUNDESA a través de su Foro anual presenta al público nacional e invitados de la comunidad internacional, “Enade 2016”, con el tema “Acortemos la distancia al desarrollo promoviendo ciudades intermedias”. A lo largo de los últimos 12 años, esta fundación, con fines sociales y participación de actores del sector privado, ha seleccionado y abordado temas que por su trascendencia deben ser objeto de estudio y también de propuesta. Lo anterior se da con la intención de discutir problemas de magnitud nacional y eventualmente, provocar soluciones reales y viables a los mismos.

Escribo sobre el tema, pues veo a Guatemala atravesando por una época de frustraciones sociales, políticas y económicas, provocada en buena medida por realidades innegables, pero también, bajo el «bullying» de los “sobre diagnósticos”, en una agenda cargada de críticas, denuncias y exigencias, que difícilmente aportan soluciones a la problemática.

En ese sentido, hay personas que visualzan las crisis como oportunidades, pero también conservadores, que temen que los oportunistas conviertan las crisis en tragedias.

Estoy aprendiendo a respetar los puntos de vista de las otras personas, aún y cuando el enfoque sea diferente al mío. Pero lo que más valoro, es cuando una idea se acompaña de un diagnóstico y eventualmente de una ruta que permita la implementación de la misma, o si fuera el caso: “el entierro de cualquier mala idea”.

Por sus siglas, ENADE significa: “encuentro nacional de empresarios”. Es importante mencionar lo anterior, pues en mi opinión, éste constituye un mecanismo para trasladar información fidedigna y abordar una situación de cara con las personas y empresas que colaboran con el desarrollo que directa e indirectamente crean plazas de trabajo, mediante inversiones en el país.

Algunos de los temas que se han abordado en “ENADE” son: Estado de Derecho; Seguridad ciudadana y cultura de convivencia; Sin divisiones, multiplicamos; Desafíos para combatir la pobreza; Apertura comercial y desarrollo; Competitividad; Crecimiento económico; Fortalecimiento institucional; Seguridad y justicia.

Cada ocasión, conlleva la ponencia de expertos y culmina no solo con el debate de la idea medular, sino también con la presentación de conclusiones y recomendaciones. Algunas de ellas, se han ido sembrando en el escenario nacional, y aunque pareciera que no crecen, me atrevo a decir que varias han echado raíces y con el tiempo podremos ver los resultados. Otras, lamentablemente se han confrontado como diagnósticos de médico, ante pacientes tercos que no escuchan, o tal vez, enfermedades más fuertes de lo que podemos imaginar.

Cuando un país crece y las necesidades de su población incrementan, el elemento del “territorio” y el «funcionamiento de poder político», son factores determinantes, que bien manejados pueden provocar desarrollo, pero en la ruta equivocada, propician anarquía, desorden y subdesarrollo social.

Uno de los grandes flagelos de este país, es la alta tasa de migración que se da hacia los Estados Unidos de América. Las razones abarcan: pobreza extrema, violencia incontrolable, falta de oportunidades laborales, imposibilidad de integrarse al desarrollo nacional.

Los guatemaltecos no hemos querido enfrentar este problema, pues el retorno de las remesas que envían los mismos migrantes, han jugado un “cuasi rol de donaciones internacionales” de las que se beneficia la economía nacional.

Por otra parte, los guatemaltecos somos un elenco de: testigos, complíces, víctimas y actores, de un galopante crecimiento desordenado e irracional del área metropolitana y varias cabeceras departamentales. El acceso al agua, el transporte, la educación, la recolección de basura y la salud como servicios públicos, por citar algunos, están colapsados.

La planificación y el fortalecimiento de “Ciudades intermedias” implica la integración de áreas rurales con las áreas urbanas. Ese recorrido, también conlleva la superación del nivel de vida en las personas, toda vez que se obtienen mejores oportunidades de acceso a los bienes y servicios principales y accesorios.

En el ámbito político-social, el fortalecimiento de las ciudades intermedias constituye una excelente forma de robustecer el eje de la descentralización y los gobiernos locales, bajo la guía de planes de urbanismo estratégico y una legislación de ordenamiento territorial que sea viable y apegada a Derecho.

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