Hace tiempo vinimos alertando sobre el papel de Blanca Stalling en el manejo de la impunidad, sosteniendo que ella ha sido una pieza fundamental de los poderes oscuros que han tenido secuestradas las instituciones y ahora, con la elección de su peona Patricia Valdés, nos ha dado toda la razón.
Y es que al promover a una defensora del “¿Ni corrupto, ni ladrón?” Jimmy Morales en la presidencia de la Corte Suprema de Justicia plantea un abierto y declarado reto a la lucha contra la impunidad y a los avances que se han dado en los procesos contra las estructuras de la corrupción que han mandado en el país.
Y toda la prisa por consumar el arreglo en la elección fue evidente cuando a pesar de la negativa de algunos magistrados a votar se llevó a cabo la elección sabiéndose que no se pueden abstener y para contar con el voto de un suplente antes de la nueva conformación de la Corte.
Pero lo que queda claro, aparte de los tecnicismos, es que esta es una sonora bofetada en el rostro para quienes abiertamente y de manera valiente han enfrentado a los poderes paralelos que se han apropiado del Estado.
Stalling sigue siendo esa misma pieza que, en el caso del IGSS con su hijo o con otros parientes en el de “Bufete de la Impunidad”, mantuvo su participación en estructuras como la de “La Línea”, “Negociantes de la Salud”, etc.
Algunos hablan de la independencia de poderes y otros de que los guatemaltecos solos debemos resolver nuestros problemas sin las opiniones y la ayuda o la intromisión de otros países, en rechazo a la presencia de la CICIG. Pero ante un escenario como este, no vemos la reacción y necesaria condena social ante el esfuerzo de Morales, el nuevo aliado de Joviel, ni de la señora Stalling, junto a su peona Valdés, quienes están haciendo todo para asegurar el imperio de la impunidad.
Que no se les olvide que tanto Morales como Stalling tienen dos similitudes que deberían ser razón de mucha importancia en cualquier país del mundo para generar la condena social.
Primero, que sus hijos están en el radar de las instituciones de persecución penal por su participación en una estructura de saqueo del Estado. Segundo, que ellos, como padres, ejercen sus influencias de poder, disponiendo de peones como Patricia Valdés quien se confesó como abierta defensora del mandatario quien se ha reforzado, con Joviel, para protegerse demostrando que le vale muy poco el futuro del país. La justicia no sale de su cautiverio.