Gladys Monterroso
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“Quien quiere mentir engaña, y el que quiere engañar, miente” Mateo Alemán
Vivimos bajo estándares morales, de los que muchas veces en las actitudes del día a día nos encontramos divorciados, sin embargo, con el objetivo de ser aceptados en un grupo, llegar a una meta laboral, ocupar un puesto público o político, decimos medias verdades o medias mentiras, o actuamos conforme lo dicta el espacio al que deseamos acceder, por lo que, lo más seguro es que la verdad salga a luz, más temprano que tarde y el resultado es la defenestración popular.
Viene a colación lo anterior, por lo que sucede acá y en el mundo entero, la población en general por medio de redes sociales, medios de comunicación tradicionales y alternativos, está más que nunca develando la realidad de la clase política, y de otros más que no lo son, por lo que el que miente no puede defender su mentira.
En el caso de Guatemala, tanto las dos primeras figuras del Ejecutivo, como la Presidenta del Judicial, y demasiados representantes del Legislativo, se han visto despojados de sus propias mentiras, las cuales no pueden rebatir, por ejemplo dentro de la campaña del actual inquilino de Casa Presidencial se encuentra el siguiente slogan: “Tenemos la alta responsabilidad para rescatar la moral de la población” o su famoso “Ni corrupto ni ladrón”, que sea ladrón no se sabe nada aún, pero que su hijo de alguien aprendió la tranza, es un hecho, ya que el joven a tan temprana edad ya sabía de negociar facturas, pregunta ingenua ¿Ha reaccionado la todopoderosa SAT en relación a este supuesto delito? Ya que la mayoría de sus demandas son resultado de este tipo de costumbres.
Pero la doble moral no es patrimonio de Guatemala, que tampoco puede ser un consuelo, en EE. UU. Trump ha dicho en su campaña, entre insultos y atrocidades infinidad de mentiras, las cuales más temprano que tarde le han regresado, tomando en cuenta que la prensa de ese país entre sus limitaciones es más libre que la de muchos.
Entre las tantas mentiras del magnate convertido en politiquero, identifica como uno de los principales enemigos del imperio a los migrantes, sin embargo tanto su primera y tercera esposa son migrantes, y él no ha aclarado cuál es la diferencia entre la migración latina y la europea, migrante es migrante. Asegura haberse opuesto a la guerra contra Irak, y existen evidencias que no lo hizo, aseguró que el ISIS, ganaba millones y millones de dólares producto de la venta de petróleo libio, se probó que es mentira, lo que es lo mismo, este nuevo político, llegó a ser el candidato republicano basando su campaña en la ofensa, pero ante todo en la mentira.
España está viviendo una grave crisis política, la peor en los últimos años, ¿Quién es la persona que más ha mentido? Pablo Iglesias, líder de Podemos, una organización financiada inicialmente con dinero venezolano, y quien por medio de subterfugios, logró identificar la debilidad del socialista Pedro Sánchez, ambición desmedida al poder, primero le exigió a cambio de su apoyo ser su vicepresidente, y copar los ministerios más importantes, al no hacer aceptada su propuesta, le retiró el apoyo, se va el país a segundas elecciones, gana sin suficientes escaños la derecha, y cual corderito le tiende la mano a Sánchez, mano que de nada sirve, porque no suman votos suficientes, le endulza el oído, resultado, Sánchez, pierde la secretaría del PSOE, y el partido cae en una división nunca vivida en sus 137 años de existencia.
Regresando a Guatemala, el gobierno del PP mintió hasta cuando decían la verdad, ¿Contradicción? Si, porque era su verdad, contra la de toda la ciudadanía, ellos se la creyeron, el agua mágica, la vida de la madre muerta de la ex vicepresidenta, e infinidad de mentiras.
El problema de la mentira, estriba en que se dicen tantas veces, que termina siendo una verdad para quien la dice, y en política, una mentira pesa más que todas las mentiras de la población, porque la mentira política no se queda en quien la dice, se queda en quienes la escuchan.
