Dra. Ana Cristina Morales Modenesi

Alguna vez comenté que el ambiente en Guatemala, tal como en una caja de Petri, es propicio para el cultivo de la sociopatía. Así como las bacterias crecen en este medio de cultivo. El Estado con sus instituciones, otros establecimientos, algunas leyes que rigen el país, también algunas conductas de personas que viven dentro de él, son contribuyentes a que se instaure un estilo de vida con conductas transgresoras.

Claro está, que existen excepciones, en las cuales radica la esperanza de un mejor país. Las conductas sociopáticas consisten en el manejo de las leyes a la propia conveniencia, es decir, la ley existe para los demás, debe ser cumplida y si es transgredida la persona tendrá que ser castigada por ello. Sin embargo, quien ostenta el poder se autoriza a sí mismo a la transgresión. También se observa una necesidad de bloquear el buen funcionamiento laboral de los demás. Con la desidia, parsimonia, el negativismo y la falta de colaboración.

Quien ostenta el poder, desde el más ínfimo poder, necesita hacerlo saber para sentirse grande. Ejemplos de ello podrán ser: quien tiene la potestad de abrir una puerta, de ayudar a realizar una diligencia burocrática, de ceder el paso a un peatón o a un vehículo, de realizar una multa, de dar cualquier tipo de atención y así podríamos continuar la definición de un sin fin de situaciones.

Los niños tienen como ejemplos de figuras de poder a sociópatas y desean ser uno de ellos cuando sean grandes. La conducta moral es poco entendida, está bien para algunos tontos, pero, la gente inteligente, actúa como sociópata.

A la bondad se le denomina tontera y a la sociopatía inteligencia. Para describir la referencia de esta conducta sociópata es importante describir sus características: la indiferencia y apatía por el bienestar de los demás, la manipulación, la mentira como una verdad expuesta, la ostentación del poder y el tergiversar leyes para fines personales, sin importar el daño que se cause a terceros, la utilización de discursos políticos, filosóficos y religiosos para embaucar a otros.

Como resultado de lo expuesto de una u otra forma, son muchas personas involucradas, aún la que pretende no estarlo y defiende sus principios morales. Porque, ante tales situaciones, para poder sobrevivir, se necesita participar dentro de un sistema corrupto.

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