Pocos gobiernos han acumulado tantos errores en tan poco tiempo como el de Morales, y quisiéramos definir por dónde comenzar pues hay quienes piensan que fue con la aceptación de donaciones de medicamentos vencidos y la mentira para apañar el trinquete. Otros piensan en la aceptación como parte de la bancada oficial de los tránsfugas que aglutinan a una buena parte de lo peorcito que hay en el Congreso y que evidenció aquella mentira de que FCN/Nación no recibiría a diputados de otros partidos.

Pero vamos a acercarnos un poco en el tiempo. Tenemos que recordar que cuando se conocieron los espionajes de parte de un grupo de la seguridad presidencial, SAAS, el gobierno se movió para garantizar la impunidad de quienes podrían estar involucrados. Así, el principal asesor en la materia para el presidente Jimmy Morales, Herbert Melgar Padilla, fue “enviado” a ocupar una curul en el Legislativo para poder gozar de derecho de antejuicio. Días después, se destituye a la cúpula de la SAAS que era compuesta por funcionarios colocados por la rosca de exoficiales del Ejército que ha rodeado a Morales.

Y empezó el descalabro. Se vino la propuesta de reforma fiscal que era un parche de los incapaces técnicos de Finanzas para luego ser retirada del Congreso porque “no se contaron los votos”. Y con eso hemos llegado a donde estamos: un Presidente agobiado por las investigaciones contra su hijo y hermano; un Vicepresidente que entre las acusaciones de un narco y su excéntrica vida nos hace recordar a doña Roxana; un Gabinete de serviles; la torpe eliminación de garantías constitucionales, etc.

Y hay una razón para todo esto. Y es que el Presidente “¿Ni corrupto, ni ladrón?” cree que gobernar es contar fábulas, regañar porque el Himno se debe cantar como a él le gusta, donar pupitres y acusar de mentirosos a quienes tienen la verdad. Su rosca lo ha convencido que es el talento más grande que ha dado la política guatemalteca y el pobre lo creyó.

Al día de hoy no hay una sola política que se pueda calificar como la evidente prioridad del Ejecutivo para convertirla en el pilar de su gobierno. Todo, absolutamente todo, es un gobierno basado en querer utilizar la imagen para pasar el agua. La única diferencia entre Morales y Cabrera con el Populismo, es que para ser populista más de algún apoyo se consigue con el uso de la política, mientras que ellos están sumando a todos los sectores en su contra. En fin que, una tras otra, las decisiones del actual gobierno han sido terriblemente erróneas.

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