Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt

Esto que ahora ocurre en el país ha provocado innumerables reacciones de rechazo y los gobernantes pretenden pintarse como unas pobres víctimas que están siendo “atacadas” por la prensa argumentando que es porque “no dan pauta”, y por una sociedad “que no los entiende”, pero no se han puesto a pensar que solitos ellos, Jimmy Morales y Jafeth Cabrera, han clavado su propia estaca con sus decisiones, las de sus ministros y las de sus familiares.

Pero no solo tenemos fiascos en el Gobierno, sino que el Congreso no se queda atrás. Ahora negocian el Listado Geográfico de Obras (Q14 mil millones, caja chica de la corrupción) y está el caso de Luis Rabbé. El gran problema para lograr desaforar a Rabbé es Ángel González, pero también el mismo Mario Taracena, puesto que es como que el Smiley se pelee con el Pewee. El día martes publicamos que si se levanta la sesión permanente y se convoca 4 veces a Rabbé, tal y como lo dijo Taracena al principio, se podría lograr el objetivo de llamar al suplente. Claro está que pueden haber diputados que se opongan también a levantar la sesión por órdenes del jefe de los canales, pero será importante evidenciarlos con nombres y apellidos.

El lunes vimos como una sala de femicidio beneficia a Gustavo Alejos en el Caso de Negociantes de la Salud. ¿Qué tiene que ver una sala de femicidio en un caso de corrupción? Nada, pero la Cooptación de los poderes del Estado permite eso, usar los tentáculos para lograr los fines que se desean.

Y en medio de todo esto que puede parecer “chistoso”, está el país y la gente, especialmente la más necesitada, sufriendo porque este rumbo solo nos conduce a consolidar un sistema que es el origen de todos los problemas.

Hay poderosos actores operando para asegurar que nada cambie y a los que todo esto que ocurre les cae como anillo al dedo, porque los motiva a seguir siendo guardianes del sistema y les manda un aviso de que su trabajo está siendo efectivo porque las cosas siguen igual.

Se podrán decir mil y una excusas, pero el primero que no entendió el mandato fue Morales pues él estaba llamado a ser el líder del cambio y a comprometernos, con hechos claros e inequívocos, a los ciudadanos para que nos sumáramos al movimiento del cambio.

Por el contrario, Morales se convirtió en una pieza más del sistema y por eso es que ahora es más una traba que un barreno que pueda penetrar el sistema de impunidad y corrupción y por eso es que el caso de sus familiares lo puso en una pésima posición.

Si seguimos esperando que los políticos hagan el chance por nosotros y nuestros hijos, estamos y estaremos para siempre amolados porque el cambio pasa por cada uno de nosotros y por los ajustes que todos podamos hacer para guiar al país en un rumbo distinto que nos permita cambiar las reglas del juego.

En todos los componentes del sistema hay vicios, pero el mayor vicio, a mi juicio, está en el papel que como ciudadanos ejercemos pues nos negamos a ejercer una ciudadanía responsable, que predique con el ejemplo y que se termine de comprometer con los cambios que el país necesita.

Artículo anteriorJafeth Cabrera no descarta plantear un nuevo estado de Prevención
Artículo siguienteDivagaciones sobre Gobierno de Jimmy Morales