Rolando Alfaro Arellano

Dedicado in memoriam al
doctor Alberto Herrarte

Rememorando el trabajo de investigación del insigne jurista: doctor Alberto Herrarte Gonzales, y el legado valioso que nos dejara en el caso de nuestro territorio de Belice, bien vale la pena referirnos a los últimos acontecimientos ocurridos y al derecho que le asiste a la República de Guatemala, al reclamar la posesión que legítimamente nos pertenece.

Al doctor Herrarte lo conocí desde mi juventud y por la amistad que tuvo con mi familia, asimismo, por sus valiosos conocimientos que mostró, no solo en el caso que abordamos en esta nueva serie de artículos, sino por su apoyo y ejemplo de estudioso permanente hasta sus últimos días de vida.

El jurista mencionado, constituye un ejemplo para los estudiantes de las Ciencias Jurídicas y futuros profesionales del Derecho, pues su vocación, en verdad, resulta más que una enseñanza para todos.

Por otra parte, la historia nos remonta a la Audiencia de los Confines, con la conquista del istmo centroamericano, y, el sometimiento y pacificación de las tribus indígenas, según nos relata el citado jurista, y que iremos individualizando en los capítulos subsiguientes.

En esta parte, resulta de interés subrayar que, en las diversas etapas de nuestra historia, los distintos gobiernos que han gobernado al país, no han sido del todo leales con sus programas políticos, y en muchos casos temas como el conocimiento de la historia patria y civismo, se han quedado en el tintero, permitiendo que las generaciones no posean una orientación completa de las etapas en que han crecido socialmente los guatemaltecos.

En el sentido, últimamente expuesto, y al no educar a la juventud, presente y futura, nos encontramos con una sociedad en su mayor parte indiferente, refractaria y egoísta. Esto, salvo una que otra muestra de descontento popular, nos indica el desconocimiento pleno de los valores nacionales y que tesoneramente trabajan el desarrollo moral e intelectual de los nacidos en la República de Guatemala Ello nos lo tendrá que demostrar plenamente la actuación de las actuales generaciones que tendrán la obligación de defender la soberanía nacional del país.

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