Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt

La semana pasada escribí una columna titulada Reforma tributaria = Reelección de Taracena, en la que compartí alguna información a la que tuvimos acceso y la cual versaba sobre cómo, los experimentados del Congreso (sin que eso sea un halago) le ofrecieron a los novatos del Ejecutivo un pacto tentador de subir tasas a cambio de que se apoyara la reelección de Mario Taracena en el Congreso.

Al poco tiempo, contestó en redes sociales el ministro de Finanzas, Julio Héctor Estrada lo siguiente: “Tu reportera Kimberly me preguntó específicamente sobre esto esta mañana. Y le respondí que estaba absolutamente equivocada. Yo como fuente involucrada digo: esto no fue así en ningún escenario. ¿Cuál es la fuente más allá de la imaginación para sustentar tu columna?”

Al comentario del Ministro, yo le contesté: “No te puedo revelar la fuente porque quienes hablaron me pidieron no revelar sus nombres. A una de las personas que sirvió de fuente le tengo confianza porque lo que me ha compartido ha sido cierto y de todas maneras, al publicarlo como lo hice, yo asumo responsabilidad. En la nota de La Hora de hoy vos decís que hicieron el cálculo y no tenían los votos. Entonces contanos, ¿por qué no tenían los votos? ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Por qué se apresuraron a presentar la reforma cuando vos mismo dijiste que este año no se presentaba nada, evidenciando, además, la improvisación del Presidente quien en campaña dijo que no subiría impuestos?

¿Contanos también qué negociaciones se están dando en torno al Presupuesto y al Listado Geográfico de Obras? Así lo podemos discutir públicamente en La Hora, donde se te dará el espacio que querrás y se te contestará como corresponde.”

Hasta el momento no ha habido respuesta y es que es de suma importancia que los guatemaltecos sepamos qué pasó con el fallido aumento de tasas, por qué se presentó tan rápido y se retiró igual, además que es vital conocer en torno a qué giran las negociaciones por el Presupuesto. La UNE maneja la Comisión de Finanzas y ahí es desde dónde se pacta con Finanzas todos los aspectos del Presupuesto, en especial lo relacionado al Listado Geográfico de Obras (LGO).

Ya el Ministerio Público está indagando respecto a los Consejos de Desarrollo y no es secreto para nadie que tales consejos han sido instrumentalizados para “ejecutar” los negocios del LGO.

Ayer se publicó aquí en La Hora un reportaje con algunos insumos para conocer más del Presupuesto y se está trabajando una nota en la que se evidenciará que fiscalizar el manejo y ejecución de los recursos (sea alta o baja la ejecución) es casi imposible porque tenemos una Contraloría General de Cuentas (CGC) inútil y cooptada, diseñada para no hacer su papel y es que resulta que solo en el Gobierno (sin tomar en cuenta municipalidades ni entidades autónomas y otros organismos) se tienen 255 unidades ejecutoras que pueden adquirir hasta Q900 mil sin que el Ministro del ramo entre a batear.

Eso quiere decir 255 unidades a las que hay que fiscalizar, además de la fiscalización que se debe hacer de los otros poderes del Estado, las 340 municipalidades del país y un largo etcétera. En otras palabras, fiscalizar es imposible.

Entonces es importante que las discusiones sean abiertas y transparentes más allá del “presupuesto abierto” que no fue más que un lugar en donde llegaron a pedir dinero los funcionarios sin explicar cómo pretenden invertir el pisto de forma adecuada ni a proponer medidas de transparencia.

En un país como Guatemala con tantas carencias en donde el Estado ha sido la agencia de empleos que resuelve el problema de los políticos y donde todo gira alrededor de los negocios, urge que exista más transparencia para desnudar al sistema y quizá, solo así, cambiarlo.

Artículo anteriorLos barbudos
Artículo siguiente¡Ojalá que remonte su vuelo!