Raymond J. Wennier

“The secret of business is to know something that nobody else knows.” Aristóteles Onassis

La última vez que conté, se mencionan veinte estilos de liderazgo tradicionales que se han aplicado tanto a la educación como al campo empresarial.

En el proceso educativo estamos tratando de cambiar que el maestro sea el centro de las acciones educativas en el aula, enfoque del siglo pasado básicamente para la industria y aplicado a la educación también.

El tema del liderazgo desde entonces y aún hoy día, en el campo empresarial, también está concentrado en una persona, un jefe, un “líder” que goza de un puesto de jerarquía dentro de un organigrama de la organización. Esos puestos crean la actitud de que las personas que los ocupan son más importantes que las personas debajo de ellos. Actitud unidireccional, de arriba para abajo y unicentrado en una persona.

De acuerdo al organigrama, se describe el comportamiento que la organización espera del jefe o líder en relación a las otras personas. Sin embargo, ya no debe ser así de acuerdo a la realidad que vivimos en el siglo XXI. El organigrama tiene que ser cambiado de piramidal a “playa”, aplanado. Tampoco debe usarse el término empleado, sino colaboradores. Dos conceptos base para un nuevo enfoque de liderazgo.

Además de los veinte estilos de liderazgo que mencioné, hay, opino, cinco más, que no dependen de una persona en un puesto que dice que es de líder.

En el año 2012, di una plática sobre liderazgo en El Salvador donde presenté mis conceptos de un “Liderazgo Dinámico”. Dicho concepto incluye todas las acciones relacionadas al CAMBIO constante, la flexibilidad y adaptabilidad que estamos viviendo en la segunda década del siglo XXI. Además, requiere que todas las personas, no solo un grupo de élite, tengan la actitud y las oportunidades de seguir aprendiendo por toda la vida para estar al día con los “contenidos” actuales, sean educativos o empresariales, y con las innovaciones futuras de su organización. El “Liderazgo Dinámico” requiere que haya un sistema evaluativo constante, pero aún más a fondo cada tres años para estar a la cabeza de su área de “expertise”. Eso es el significado de la palabra liderazgo. Estar adelante que otras organizaciones.

Notan que este estilo de liderazgo no depende de una sola persona.

En los años 1960 y 1970 hubo un movimiento sobre la participación de las personas en la organización. El Liderazgo Participativo tiene que retomar su lugar en la “playa” en el siglo XXI. Pero no es únicamente relacionado a los miembros de una organización sino, en el campo empresarial, es que haya una consideración del valor e importancia de la participación de los clientes en las decisiones que las organizaciones tomen.

El liderazgo colaborativo demanda la actitud de que es indispensable trabajar en equipo. La pregunta clave es ¿cómo se hace ese equipo? Muchos creen que es solamente escoger, o pedir voluntarios a juntarse para trabajar un tema. ¡No es así! Es tarea de la organización FORMAR personas para trabajar en equipo, que tengan bien entendida cuál es la visión, la misión y los objetivos generales y los “targets” de la organización y estar claros en las metas a lograr.

La semana entrante plantearé mi nuevo enfoque de liderazgo.

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