Félix Loarca Guzmán

Como ya es del dominio público, el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, se quedó dormido unos segundos durante un acto organizado por el Ministerio de Finanzas Públicas para abordar aspectos relacionados con el Presupuesto de la Nación. Desdichadamente, algunos medios de comunicación exageraron el tema del “pestañazo” del gobernante, originando muchas críticas entre los ciudadanos.

En Guatemala, equivocadamente se cree que un presidente es algo así como “Superman”, olvidando que se trata de un ser humano como todos los demás con sus fortalezas y debilidades, expuesto a los vaivenes de la vida.

El hecho que el Presidente se haya quedado dormido unos segundos en ese acto público, pudo ser por agotamiento físico debido a sus largas jornadas de trabajo, o como se especula, por el efecto de algún medicamento para aliviar un dolor en la espalda, que estaría aquejando al primer mandatario.

El Vocero Presidencial terminó de poner la nota discordante sobre este asunto, al negar tajantemente que el gobernante se hubiera dormido. Indicó que el Presidente sencillamente estaba reflexionando sobre los asuntos abordados en la reunión. La negativa del pestañazo es un poco burda.

En realidad, no es nada vergonzoso ni pecaminoso, que un Presidente pueda afrontar un problema de esta naturaleza.

Es lamentable que algunos medios injustificadamente hayan exacerbado los ánimos de los ciudadanos sobre un tema que no demandaba tanta atención, cuando en el país hay problemas que verdaderamente deberían merecer el interés de los órganos de información y de la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIG), como es el “robo” de propiedades inmuebles, que viene ocurriendo desde hace mucho tiempo con la complicidad de algunos malos profesionales.

Asimismo, el deplorable sistema del transporte público, sin que los funcionarios municipales y el gobierno central, pongan un real empeño para mejorar el servicio al margen de parches como el Transmetro o el Transurbano.

También son preocupantes los cobros exorbitantes que se hacen a los enfermos en algunos hospitales privados, dentro del marco de la llamada economía de libre mercado, que no es más que la economía de libre despojo.

El escrutinio de los medios de comunicación debe incluir tanto al sector público como al privado.

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