Javier Estrada Tobar
jestrada@lahora.com.gt
@JAVIEResTOBAR

Después de casi diez años de formación y crecimiento profesional en La Hora, esta semana dejé el cargo de Subdirector para iniciar una nueva etapa en mi carrera, con el propósito de involucrarme en nuevos proyectos de comunicación y periodismo, y con miras a buscar la posibilidad de abrirme campo en el plano académico. En el transcurso de este tiempo me cuestioné, en varias ocasiones, el sentido que tiene el ejercicio del periodismo, tomando en cuenta que la profesión demanda una importante inversión de tiempo y esfuerzo, y a la vez implica una exposición social que no siempre es fácil de sobrellevar.

Hay diversas conclusiones sobre este tema, pero creo que la más importante fue reconocer que el periodismo, más allá de un trabajo para la generación de ingresos o rentas, tiene que tener incidencia e impacto positivo en la sociedad. Mientras que la tendencia global de la prensa se orienta a generar contenidos  virales dedicados a la comercialización de espacios publicitarios en páginas de periódicos y revistas impresas, y cada vez más en portales de internet, es importante que los periodistas responsables y comprometidos se esfuercen para reorientar el papel de los medios para informar a los ciudadanos con ética y responsabilidad, pero sobre todo para construir sociedades más críticas, justas, incluyentes y desarrolladas.

Sin lugar a dudas, en La Hora encontré la oportunidad para encontrarle sentido a la carrera que estudié en la universidad, y que en el plano laboral me dio la posibilidad de conocer de cerca el impacto humano de la pobreza, el dolor de la violencia y las catástrofes que se derivan de la corrupción; a todas luces, el panorama no es nada alentador, pero este acercamiento con la realidad me permitió entender al país, y ese es el primer paso para colaborar desde la prensa para proponer y conducir a los cambios profundos que entre todas y todos debemos impulsar para Guatemala.

Uno de los aprendizajes más importantes en este tiempo tiene que ver con la posibilidad de ser agentes de cambio desde la comunicación periodística, y el compromiso que debemos asumir como ciudadanos, siendo parte de los procesos de diálogo, propuesta, discusión y fiscalización de los poderes dentro y fuera del gobierno, como La Hora lo sugiere recurrentemente, tanto en sus editoriales como en sus páginas informativas.

No existe una forma para medir el valor de todo el conocimiento que adquirí durante casi una década, y que sin lugar a dudas me marcarán por el resto de la vida, pero también del cariño y el aprecio que recibí de la familia Marroquín Pérez, con la que comparto su visión y misión en pro de un mejor país que permita el pleno desarrollo de todas y todos en Guatemala.

Agradezco a La Hora por la oportunidad que me ofreció para ser parte de una de las instituciones de comunicación con más trayectoria, seriedad e incidencia del país, y también por la posibilidad de continuar acercándome con los lectores del diario con esta columna semanal.

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