Javier Monterroso

Como socialdemócrata que soy creo en un Estado fuerte, prestador de servicios básicos principalmente salud, seguridad social y educación, que se involucre en regular la economía y promueva el desarrollo nacional, creo en empresas públicas y en el sindicalismo como mecanismo de la lucha obrera para alcanzar mejores niveles de vida y el respeto a sus derechos, además entiendo que somos el país con la menor carga impositiva de América y posiblemente del mundo, y que obviamente sin impuestos ese Estado fuerte al que aspiro es imposible de conseguir, pero estoy en contra de la reforma tributaria que impulsa el presidente Jimmy Morales por las siguientes razones:

Primera: No sabemos para qué quieren el dinero; no me cansaré de repetir lo que ya he dicho en reiteradas ocasiones en este espacio: Jimmy Morales llegó a la Presidencia sin un plan de gobierno y aún no tiene ese programa, y prueba de ello es que ha nombrado Ministros de diferentes corrientes ideológicas por presiones de distintos sectores y de la comunidad internacional, yo no estoy dispuesto a dar un sólo centavo más de mis ingresos a un gobierno que no me explique detalladamente qué pretende hacer con él.

Segundo: El Estado es incapaz de ejecutar en forma transparente; en el presente año la mayoría de compras del Estado se han realizado por el mecanismo de compra directa, esto se debe a que las reformas a la Ley de compras y contrataciones aprobadas este año por el Congreso hacen virtualmente imposible la ejecución presupuestaria y por otra parte para beneficiar a los mismos proveedores de siempre, en ese sentido existen muchas dependencias que tienen una baja ejecución de recursos así que primero que me demuestren que pueden ejecutar lo que tienen y cuando se lo acaben que pidan más.

Tercero: La corrupción sigue siendo muy elevada, según el ICEFI se calcula que aproximadamente el 30% del presupuesto nacional se pierde a causa de la corrupción y a pesar de casos como negociantes de la salud y cooptación del Estado el dinero de nuestros impuestos sigue cayendo en manos de empresas vinculadas a corrupción, por ejemplo las empresas de los proveedores de medicina y de las constructoras que están involucrados en esos casos siguen recibiendo pagos por contratos anómalos con el Estado, entonces primero que dejen de darle nuestro dinero a empresarios y funcionarios corruptos y luego podemos hablar de más impuestos, y ojo que no estoy pidiendo que acaben la corrupción que eso es imposible en el corto plazo, pero me niego a seguirle pagando a los corruptos que se forraron de plata durante todos los gobiernos anteriores.

Cuarto: Que ordenen la casa, en el Congreso ya empezaron la reclasificación, crear manuales de puestos y salarios, y evidenciar cuánto ganan los empleados e incluso procesos de destitución, ¿Cuándo van a hacer eso en el Ejecutivo? ¿Cuántas plazas fantasma hay en educación? ¿Cuántos privilegios tienen los sindicalistas de salud? ¿Cuánto se roban en Covial? Primero ordenen y depuren el gobierno, tomen acciones sobre éstos cuatro temas que menciono y después con mucho gusto pago más impuestos.

Artículo anteriorFidel
Artículo siguienteSistema abierto vs. Sistema cerrado II de II