Escuintla, junio de 2016

Licenciado Crespo…

Sé que estos son momentos difíciles, se vive una convulsión política, social y económica. Lamentablemente, lo único que permanece en el fondo y sin esperanzas de salir de allí, es lo que a usted y a mí siempre nos preocupó: La Educación.
Es precisamente esa pobreza extrema de nuestra educación, la que da lugar a vivir situaciones difíciles, dolorosas, molestas y frustrantes como la que hoy le toca a usted vivir. La gente con menos educación (y no estoy hablando de títulos) encuentra en las redes sociales un desagüe ideal para escupir su veneno, frustración, dolor, pobreza (más de espíritu que económica) envidia, negatividad, resentimiento y falta de sentido para sus vidas.
Mi estimado amigo, usted estuvo conmigo en momentos difíciles de mi vida, usted ha bendecido la vida de algunos de mis hijos proveyéndolos de un trabajo honesto, digno. Pero así como ha hecho con mis hijos, lo ha hecho con miles de personas en las que usted no vio afinidad política, compromiso alguno, ni mucho menos un cobro económico. Jamás, el hombre que aprendió el dicho de que «el que sirve, sirve» tuvo intención de recibir algo a cambio por servirle a miles de personas necesitadas.
Estoy de acuerdo con que investiguen a todos, con lo que no estoy de acuerdo, es con que se les condene desde el mismo inicio, sin tener ninguna prueba. Sé que va a salir bien librado de cualquier cosa que se le impute. También sé, que por un tiempo habrá en usted pérdida de la paz. Yo le pido, que ni usted, ni Merlyn desperdicien su tiempo leyendo lo que dicen las redes sociales. Los insto a que estén más unidos que nunca, que disfruten de estar con sus hijos.
Le quiero pedir que nos permita a quienes lo apreciamos y queremos, reunirnos con usted para expresarle personalmente nuestro cariño. Yo no le llamo primero, porque no tengo su número y he respetado que usted no ha dado orden de que me lo den, pero puede estar seguro de mi amistad, de mi cariño y de mi agradecimiento. Le pido a Dios que estos momentos de dificultad le sirvan para meditar, analizar su vida, descubrir cosas que antes no podía ver, valorar cosas que tal vez descuidó, buscar refugio en un Ser Superior, de acuerdo al concepto que usted tenga de Él.
Le pido que sea usted y su familia, que se alejen de aquellos que no le permiten ver que hay cosas más valiosas en la vida que las que uno no ha experimentado a la fecha.
De todo corazón deseo verlo, darle un muy fuerte abrazo y decirle que lo quiero hoy, como lo quería hace 28 años cuando fue mi paño de lágrimas en aquel terrible trayecto de la casa de mi exesposa, para mi casa.
Le pido que piense y valore las miles de vidas que tocó al dar una fuente de empleo a tantas personas. Eso nadie, absolutamente nadie, se lo puede quitar. Con todo mi cariño,

Profesor Otoniel Clavería Suárez

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