La Comisión del Migrante, del Congreso de la República, ha actuado de manera oscura y con intereses particulares que no deberían ser de ningún punto de vista tolerados por la sociedad y, menos, por los mismos guatemaltecos viviendo en el exterior.

La metodología seguida por dicha comisión para la convocatoria a elección del Secretario de Conamigua, se ha hecho a la carrera y con obvias intenciones de poder manipular la institución que fue creada como vínculo entre nuestro país y aquellos compatriotas que han tenido que ir a establecerse en otros países y, principalmente, en Estados Unidos.

El diputado Jean Paul Briere, presidente de dicha comisión legislativa dice que no ha decidido si se postulará para el puesto en Conamigua, lo cual deja en evidencia que quiere ser juez y parte de un proceso en el que ya ha participado para tornarlo turbio. Nada nos puede sorprender que del Partido Todos de la familia Alejos nazcan este tipo de retorcidas intenciones.

Pero también se ha denunciado que desde el Ministerio de Cultura y Deportes, foco de escandalosos malos manejos, también hay un intento del partido oficial por ejercer el control de dicha institución.

Es obvio que el valor que se le está dando actualmente a Conamigua, viene de las modificaciones a la Ley Electoral y de Partidos Políticos con lo que el voto en el extranjero se vuelve un atractivo para los cooptadores del Estado y sus títeres en los puestos de elección como el Congreso y Ejecutivo.

Lo que se les olvida es que la economía de Guatemala, sin la más mínima duda, se mantiene por las remesas de esos hombres y mujeres que van a aportar su esfuerzo y su sudor a otras sociedades para intentar mejorar la vida de sus familias que se quedan en este país.

Es una falta de respeto que los diputados y políticos aprovechados vengan a querer servirse de quienes son el ejemplo del sacrificio y la causa del sostenimiento del país.

Se debe postergar la convocatoria que se hizo específicamente para dejar fuera a muchos candidatos con oportunidades de hacer bien el trabajo. De igual manera, se tiene que ser claro y contundente que se quiere líderes que lleguen a proteger a los migrantes y a defender sus causas. No podemos permitir que algún oportunista, político tradicional, se vaya a aprovechar del turbio proceso que ya han manoseado para su beneficio.

Si la Conamigua no ha servido en el pasado, como los mismos migrantes lo han denunciado, es porque no tenían el valor del voto.

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