Félix Loarca Guzmán
En los últimos días se han multiplicado los pronunciamientos de rechazo a la propuesta de aumento a varias cargas tributarias, que la ciudadanía bautizó como “los impuestos Jimmy”, por ser una iniciativa que impulsa el actual Presidente de Guatemala, Jimmy Morales, con el argumento que el gobierno necesita más recursos para cerrar diversas brechas sociales, especialmente en el campo de la educación, la salud y la seguridad.
El proyecto se orienta a modificar de Q1.50 a Q5.00 el impuesto por la venta de cada saco de cemento. Asimismo, un incremento de Q3.00 al impuesto de la gasolina, que actualmente es de Q4.70 por galón. Si el aumento fuera aprobado, los consumidores tendrían que pagar Q7.70 por cada galón. La iniciativa también incluye modificaciones a varias tasas del Impuesto Sobre la Renta, y ajustes en los montos de las regalías mineras del 1 al 10 % para el caso del oro, la plata y el platino.
Existe la intención de promover incentivos para que los ciudadanos pidan facturas por las compras que realicen, mediante la restitución de la planilla del IVA en la forma que estaba antes de las reformas aprobadas durante el gobierno de Pérez Molina.
El proyecto contiene aspectos positivos como el aumento de las regalías mineras del 1 al 10 %, pero algunos ciudadanos consideran que la propuesta es tímida, pues en otros países como Bolivia, las compañías dedicadas a la explotación de esos recursos tienen que pagar el 82 por ciento.
Diversos analistas han objetado la actitud demagógica del Ministro de Finanzas, al afirmar que el proyecto busca que paguen más quienes más tienen, cuando es obvio que los aumentos van a castigar a los consumidores finales con efectos groseros sobre el costo de la canasta básica, afectando especialmente a los asalariados y con mayor razón a los jubilados, quienes reciben pensiones de miseria.
Además es una burla para el pueblo, que mientras se recibía la iniciativa en el Congreso, un diputado estaba proponiendo un aumento de dietas a los parlamentarios, para que sus ingresos sean de 40 mil quetzales mensuales.
Aunque el Presidente del Congreso, quiso corregir el entuerto indicando que el aumento sería solo para los jefes de bloque, este es un aspecto que mina profundamente la moral tributaria.