Lic. Douglas Abadia
douglas.abadia@gmail.com

A lo largo de mi historia financiera he notado que en la mayoría de instituciones bancarias del país se tiene como denominador común el abuso hacia el usuario.

He recopilado miles de denuncias que van desde cobros fantasma, como pérdida de bienes de mayor envergadura, dejando a miles de familias en el desamparo total.

Durante el mes de junio, del presente año, realicé una llamada telefónica al call center del Citibank, me atendió un agente con acento salvadoreño, llamado Kevin Batres (dudo acerca del uso de nombres reales en estas instituciones, especialmente cuando son agentes de cobro judicial), el motivo de mi llamada fue solicitar asesoría para realizar un consumo con mi tarjeta de crédito y que me lo colocaran en la modalidad de las famosas visa cuotas.
El agente Batres me indicó que realizara el consumo de manera normal y que él mismo se encargaría de monitorear mi cuenta para colocar en visa cuotas el consumo efectuado; incluso me brindó dos opciones para escoger la forma de pago de los intereses y el plazo. Sintetizando, acordamos el agente Batres y su servidor cargar los intereses en la primera cuota de un total de 12 cuotas, dicho agente quedó comprometido a llamarme para indicarme que todo estaba como acordamos. La llamada nunca llegó, por supuesto.

El consumo lo efectué el 7 de julio de 2016, al no recibir la llamada del trascendido agente decidí avocarme a la agencia de Citibank ubicada en el Centro Comercial Unicentro de la zona 10 capitalina.

Como ustedes sabrán estimados lectores, me tuvieron del tingo al tango, de agentes ubicados en el lobby a la cabina telefónica ubicada dentro del mismo banco. La sorpresa es que no se cargó al sistema la modalidad del pago del consumo en visa cuotas; ahora resulta que tengo que pagar el consumo realizado en la próxima fecha de pago. El argumento del banco radica en que el consumo se efectúo un día antes (7/7/16) de la fecha de corte (8/7/16).

La lógica indica que si un usuario del Citibank llama a un agente X, es para solicitar apoyo y orientación en el uso de los servicios financieros y no financieros que ofrece el banco. Quiero suponer que una institución de “renombre” mundial capacita a su personal en base a las políticas del banco; en este caso el agente Kevin Batres no me asesoró de buena manera y ahora el PERJUDICADO SOY YO.

Como decimos en buen chapín, que de a petate el banco verdad, como tienen a un idiota como empleado (ojalá no sean más los idiotas contratados en el banco o en el peor de los casos que sean estrategias para bajar de su dinero a los usuarios a cambio de una ridícula comisión), ahora el trabado resulta ser su servidor.

Es lamentable que el banco cuente con recurso humano inepto e ineficiente, esta columna ha sido enviada a la oficina central a nivel mundial del Citibank acompañada del soporte necesario para su validez.

Hago un llamado a todas y todos los usuarios que han sido perjudicados por los excesos de las políticas de los bancos del sistema así como también los perjudicados por supuestas muladas por parte de su personal a levantar la voz y no permitir este tipo de atrocidades que en vez de fomentar el crédito las desestimula.

Reflexión final: casos como el descrito en las líneas de arriba quizás no prosperarán, quizás nada se resolverá, quizá sigan en la impunidad. Lo que sí es seguro es que ya estamos organizados en Guatemala y vamos con todo. Aló CICIG, investiguen este banco que solo por el hecho de ser de capital extranjero se les rinde pleitesía.

¡Fuera de Guatemala bancos corruptos!

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