Hace unas semanas, líderes de la comunidad migrante guatemalteca en Estados Unidos se organizaron para ofrecer a la Fiscal General, Thelma Aldana, aportes para colaborar financieramente con los esfuerzos que se hacen en el Ministerio Público para ampliar la cobertura en el territorio nacional.

Aldana ha hecho varias veces la denuncia sobre la necesidad de una inversión real para que la cobertura institucional del Ministerio Público permita cumplir su papel constitucional. A estas alturas, solo 10 por ciento de los municipios del total del país cuentan con presencia de la fiscalía lo que eleva los niveles de impunidad.

Lo que ha hecho la diferencia a ojos de la ciudadanía sigue siendo el tema de los casos de alto impacto que se están llevando a cabo en los tribunales de justicia, pero no podemos dejar de pensar que también en lo cotidiano la justicia tiene que estar reflejada.

La comunidad migrante, a pesar de sus variadas razones para haber salido de Guatemala, termina siendo una conocedora de los problemas que se generan en un Estado cuyas instituciones han permanecido secuestradas. Muchos han tenido que salir por la presión de la violencia durante el conflicto armado interno o por las condiciones posconflicto; otros, por la carencia de oportunidades de una sociedad que pareciera que se organizó y se controló de manera que siempre ganen solo los mismos.

Los migrantes, en medio de su sacrificio, han probado un modelo diferente; son guatemaltecos que se tienen que someter, viviendo en los Estados Unidos, a ejemplos de que los impuestos se pagan y se invierten de mejor manera para que la justicia funcione y las instituciones hagan su trabajo y cumplan su misión.

Que sean ellos los que vienen a ofrecer aportes para apoyar la transformación del país, nos demuestra que su postura es de mucha mayor solidaridad y comprensión hacia las condiciones de quienes tienen tantas necesidades en nuestro país. Mientras tanto, los dueños de la finca y sus agentes en funciones de ministros, consideran que la ruta es otra y que lo que se debe apoyar son opciones de “reglas claras” a favor de los negocios corruptos que hemos ido conociendo o falsas reformas fiscales que solo terminan en propuestas de incremento al IVA para seguir cargando y castigando a los mismos.

Es importante que se tome en cuenta que no es tan complicado identificar la ruta para rescatar al país. Los migrantes lo saben porque conocen un sistema en que, con todo y sus defectos, la ley es mucho más universal que en Guatemala.

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