Dra. Ana Cristina Morales
Ser analítico, sensible, crítico son factores que conducen en muchas oportunidades a desencajar socialmente. Y esto en la mayoría de ocasiones se observa como un defecto. Puede conducir a la exclusión, al menosprecio, a la envidia, a la incomprensión y la burla de las otras personas con quien se comparte.
Encajar se observa como una manera de adaptación, a la cual se añade la característica de salud mental. Sin embargo, ello es cuestionable, una frase de Billy Wilder, productor de cine estadounidense, lo expresa de una manera simple: “Dicen que no encajo en este mundo. Francamente considero esos comentarios un halago ¿Quién diablos quiere encajar en estos tiempos?
Si alguien pretende y se siente contento de seguir la moda. Merece respeto, es su elección, es su forma de desear pertenecer a un grupo social, de buscar establecer vínculos con otras personas. Laxos o no, ese sería otro tema de discusión. Pero también lo merece quien decide apartarse del rebaño.
Es de considerar que las dos posiciones anteriores necesitan una inversión personal. La segunda postura, más consciente, requiere el valor de la autenticidad y cargar con las consecuencias de vivirla. Proclama el valor que cada persona se asigna a sí misma. E incuestionablemente, traerá conflictos de adaptación.
En una sociedad en donde el sistema de valores humanos tiene un decreciendo es oportuno plantear: ¿Es sano el estar adaptado? Además las modas manipulan las conductas de las personas, de tal manera, dirigen sus vidas, y les restan libertad. Muchas de ellas, sino todas, consisten en mecanismos que contribuyen a formular y fortalecer al miedo como mecanismo de control.
Las personas conviven con muchos miedos: al rechazo, a la soledad, a la enfermedad, al abandono, a la crítica, al infierno, al ridículo, al desamor. Por lo tanto, en variadas ocasiones, deciden privarse de su autenticidad y prefieren una vida regida por hilos invisibles que condicionan su actuar.
En momentos actuales adaptarse socialmente, implica aceptar la sociopatía como norma, la ambivalencia de procederes sociales, morales y religiosos. Rechazar el amor y aceptar a la desconfianza como principio rector de vida. Por lo cual, “adaptarse” se convierte en una práctica enfermiza.
Para concluir, les proporciono la siguiente cita -Charly Brown- que nos invita a reflexionar sobre el tema expuesto: “Si uno no encaja en el mundo que nació, entonces nació para crear un mundo nuevo”.