Ayer, el presidente Jimmy Morales y la procuradora general de la Nación, Annabella Morfín, visitaron las instalaciones de TCQ para “determinar la calidad mundial” del equipo que se ha instalado y comprender la urgencia de que empiece a operar tal y como desean el interventor Alexander Aizenstatd y el ministro de Finanzas, Julio Héctor Estrada.
Desconocíamos las cualidades de certificador de equipos portuarios del Presidente, pero nos ha llamado la atención la emergencia con la que se quiere plantear que el Estado apresure la negociación con APM Terminals cuyo vocero, es decir el interventor, ha planteado que urgen millones de dólares que solo la empresa extranjera podría otorgar.
Morfín y Morales han dicho que tienen que revisar si la cantidad de 43.2 millones de dólares que Aizenstatd dispuso que era con lo que se tiene que resarcir al Estado es suficiente para aceptar el negocio.
Pero el problema es mucho más complicado que eso. Primero que todo no es suficiente porque lo que está en juego es para un futuro que cualquier interventor venga a negociar con la empresa involucrada en ilícitos para desentrampar la situación y “limpiar” su historial por medio de una cantidad sacada de la manga.
No se logra entender cómo es que se mide la buena fe de ATM Terminals, que ni siquiera se han comprometido en asegurar que no habrá acción alguna contra el Estado de Guatemala para intentar beneficiarse del servilismo que les ha otorgado el interventor.
Hay un caso muy similar en el que se está pidiendo que el Estado intervenga un servicio que es necesario para la sociedad, en el que se han utilizado recursos del Estado para operarlos y que hoy se encuentra en medio de un proceso penal. En este caso, podría ser que la PGN solicite la intervención de las empresas. Estamos hablando de medios de comunicación y queremos preguntar si Aizenstadt también propondría una negociación a puertas cerradas con el apoyo del comisionado Velásquez para “arreglar” con el prófugo propietario de dichas empresas. Cabe mencionar que hay más de un grupo de medios en esa situación.
El derecho del Estado de Guatemala es el que se ha sacrificado ahora por querer jugar el papel de sabio y terminar como servil. Porque resulta que no es suficiente la cantidad que este señor se sacó de la manga en un caso en que Guatemala tiene todo para ganar en cualquier tribunal del mundo. ¿No puede operar el puerto ahorita? Pues esperemos y cuándo se haya limpiado la mesa, incluso con expropiación de equipos, verán que muchos interesados en operarlo vendrán a ofrecer sus servicios.