Félix Loarca Guzmán

Guatemala vive en estos días, tiempos difíciles con una crisis galopante, una violencia desbordada, un incremento impresionante de las extorsiones e inseguridad ciudadana, bloqueos del paso de vehículos por protestas de sindicalistas, un tránsito vehicular que es una pesadilla, motines y asesinatos en las cárceles, proliferación de  casos de corrupción, los precios hasta las nubes de los productos de consumo diario, y un aumento sin precedentes de la miseria y la pobreza.

La incertidumbre se agudiza cada día más ante el incontrolable torrente de ataques armados contra los choferes de los buses del transporte público, asaltos a los peatones y automovilistas, fuerzas de policía incapaces de dar protección a la población, y  un gobierno completamente frágil.

El académico Marcelo Colussi pregunta en la Revista Electrónica Con Nuestra América: ¿Quién manda en verdad en Guatemala?  Dice que los entramados del poder son muy distintos a los que se ve en un acto público con un actor disfrazado de Presidente de la República contando fábulas.

Colussi recuerda que siguiendo la agenda de los poderes históricos del país (alto empresariado nucleado en el CACIF y la Embajada de Estados Unidos), los medios de comunicación prepararon las condiciones para que Jimmy Morales, sin tener una carrera previa como político de profesión, llegara a la primera magistratura de la Nación.”

Agrega que si este empresario-comediante es hoy el Presidente, ello responde a lo que la USINA mediática cocinó el año pasado luego de las movilizaciones anticorrupción y que estos poderes le dieron una salida a la crisis, sin alterar nada de fondo, sin tocar ningún elemento estructural.

Y a pesar de que algunos de los medios de comunicación hicieron creer a los habitantes que, con la caída del Presidente Otto Pérez Molina las cosas habían comenzado a cambiar, los cierto es que no se alteró nada y todo continúa igual.

Colussi explica  que los problemas  históricos siguen ahí con el 59 % de la población bajo el límite de la pobreza, un salario básico que apenas cubre la mitad de las necesidades de las familias trabajadoras, el 60 % de desempleo abierto o encubierto, exclusión, y epidemia de violencia generalizada. Este experto aclara que todo esto no se soluciona contando fábulas como lo hace el Presidente Morales.

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