Luis Fernández Molina

La indemnización laboral, o sea “el tiempo” llegó para quedarse. Nuestra Constitución Política la consagra en el artículo 102 que establece la obligación de pagar un mes de salario por cada año de servicios continuos cuando ocurra un despido injustificado o indirecto, ello “en tanto la ley no establezca otro sistema más conveniente que le otorgue mejores prestaciones.” Cabe aquí la pregunta ¿Habrá otro sistema más conveniente? O bien ¿En qué se puede mejorar la indemnización? ¿Será beneficioso aceptar que cada 5 o 7 años se pueda liquidar -“limpiar”- voluntariamente?

Veamos lo positivo: A) Estabilidad laboral: Castiga al empleador que despide sin causa. Cumple así una función de relativa estabilidad laboral, un ancla que asegura al asalariado en su puesto de trabajo; aunque un patrono siempre puede despedir. B) Reserva financiera: Es un fondo que le permitirá al trabajador sobrellevar su ritmo de vida por cierto tiempo, al menos mientras encuentra otro empleo. Por ello a más tiempo laborado mayor indemnización.

Veamos ahora algunos aspectos negativos de una indemnización acumulada: C) Limitación de la iniciativa que puede representarse en diferentes ejemplos: Ignacio Monroy proyecta establecer un negocio, pero si renuncia perdería la indemnización de doce años; decide esperar, iniciará su empresa en otro momento; a Maricruz Ortega le ofrecen otro puesto en el que va a tener mejores condiciones y le abre nuevos horizontes, sin embargo, “hace números” comparando el aumento versus lo que perdería al renunciar; finalmente continúa en su mismo puesto; Alejandra Martín planea casarse, pero tendría que dejar el trabajo y sacrificar la indemnización; mejor pospone la fecha de la boda. Nota: Para cada uno de esos casos partimos de la premisa de personas honorables –como debe ser- que no fingirían acciones deshonestas como causal de despidos indirectos. Igualmente si la indemnización fuera solo de dos o tres años tendrían más libertad. D) Sujeción o ligadura. Giovanna Flores tiene 17 años de labores; no ha tenido aumentos recientes y las actitudes de gerencia son cada vez más ásperas aunque dentro de los límites. Quisiera irse, pero no tiene otra opción que ser sumisa para mantener su indemnización. E) Tensión. Mario Esquivel acepta sus problemas con el alcohol y teme que un fin de semana “se le vaya la mano” y de ausentarse tan solo dos días daría causa suficiente para que se le despida con causa justificada y pierda los 18 años que tiene acumulados. Vive aprehensivo. F) Efecto Distorsionador. Todo empleador provisiona la indemnización que habrá de pagar en un futuro incierto y a algunos de sus empleados y a otros no; ello provoca una diferencia entre los mismos trabajadores; realizando el mismo trabajo unos recibirán indemnización y otros no. Algunas faltas graves no se pueden probar y los empleadores optan por el pago indemnizatorio, aunque injusto. En todo caso se distorsionan las proyecciones financieras. G) Mal ambiente. Roberto quisiera que varios de sus empleados con más de 10 años le renunciaran o que cometieran alguna falta; por su parte estos esperan algún gesto negativo del patrón para invocar despido indirecto. El entorno laboral se torna incómodo; se desarrolla un juego de quién sorprende a quién, lejos de la armonía y confianza que debe privar en la relación laboral. H) Zozobra. Julián ha escuchado de la mala situación de la empresa. Teme que, como se rumorea, quiebre y se quede sin sus 21 años de labores. I) Congestión Tribunales. Cabe mencionar que más del 90% de los procesos que saturan los juzgados laborales giran alrededor de este reclamo; si hubiera pagos parciales las demandas serían menores y ello oxigenaría las negociaciones.

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