Roberto Arias
La pareja de exmandatarios guatemaltecos que actualmente son prisioneros en las cárceles locales, acusados formalmente de haber encabezado el último desmantelamiento económico e institucional de la República de Guatemala, con pruebas contundentes escritas de sus delitos, han hecho declaraciones vacuas, inconsistentes e ignorantes al intentar la descalificación de sus acusadores de oficio quienes representan al Estado de Guatemala, con el alto riesgo de ser asesinados por mercenarios aún al servicio de estos delincuentes desacreditados por sus hechos ante el mundo entero.
Otto Pérez y Roxana Baldetti arremetieron contra la Comisión Internacional Contra la Impunidad de Guatemala –CICIG- y el Ministerio Público –MP-. Realmente despotricaron contra la Soberana Voluntad general del pueblo de Guatemala, quienes exigimos juicios prontos y justos, conforme a la Constitución.
Baldetti, de una manera baladí acusó al abogado de la CICIG de misógino, cuyo significado en español es: Aversión a las mujeres. Una acusación de esa naturaleza, diagnosticada de una manera tan empírica, insustancial e irresponsable únicamente pone en ridículo a quien la hace. Esto se debe, obviamente, a la falta de conocimiento intelectual de la detenida, es decir, no adicta al cultivo de las ciencias y las letras. Dijo también que los delitos cometidos por Juan Carlos Monzón fueron cometidos a sus espaldas. ¡Esta mujer piensa que el pueblo entero de Guatemala es estúpido! ¡Vaya defensa!
El ejército de Guatemala tampoco parece haber podido hacer un intelectual del General Otto Pérez. Pérez es el ejemplo clásico de muchos militares que militan o han militado dentro de las filas del inútil ejército de este riquísimo aunque paupérrimo país que, en su retroceso, no tiene servicios ni insumos suficientes en sus hospitales; escuelas; canasta básica para millones de niños que padecen y mueren de hambre o, la sustentación del sistema de justicia. Pero, paradójicamente, el hospital del ejército tiene hasta helipuerto.
Dentro de su sorprendente desconocimiento intelectual, Otto Pérez acusó de mitómano a Juan Carlos Monzón, exsecretario privado y cómplice confeso de delitos cometidos por Roxana Baldetti y él mismo. Pérez tradujo inmediatamente la palabra mitómano como mentiroso. Pienso que alguien le aconsejó esa absurda calificación con un significado ilógicamente equivocado. Digo ilógicamente equivocado porque cualquier persona con dos dedos de frente, como decimos coloquialmente en Guatemala, interpretará que, lógicamente, la palabra Mitómano viene de Mito y Manía, lo cual, de acuerdo a mi leal saber y entender, es la propensión a desfigurar o acrecentar la realidad de lo que se hace o dice; es decir, alguien con predisposición a mitificar a personas o cosas, o sea, crear mitos y, la palabra “Mito” difiere absolutamente del significado de la palabra “Mentira”, como la interpretó el interno y no ilustrado General Otto Pérez. Pudo usar: Farsante; embustero; cuentista o mendaz… como espejo.
¡Más vergüenza sobre ellos y sobre Guatemala!