Dra. Ana Cristina Morales

Cuando estudiante de medicina, me encontraba en la Emergencia de Cirugía, y llegaron dos mujeres a ésta. Una, con un pañuelo ensangrentado detenido en su pómulo izquierdo por la mano del mismo lado, con pelo desarreglado, con un vestido fruncido al cuerpo y maquillaje chorreante. Se escuchaban palabrotas a manera de alegatos de ellas y sus acompañantes.

Surge la voz destemplada de ella que me dice: “Me shiletiaron la cara” a lo que yo le pregunto: “¿Quién?” entre sollozos, llanto y una voz chillona señala a la otra mujer y dice: “mi amiga me shiletió la cara”.

Por años, la escena permaneció allí con muchas preguntas, unas de las más importantes fueron: ¿Cómo esa mujer consideraba amiga a la otra?, ¿Qué pudo impulsar a ambas a luchar de esa manera?, ¿Qué se entiende por amiga o amigo?, ¿Cuál es la conducta de una verdadera amistad?, ¿Qué significa shiletiar?

Ahora, las preguntas tienen respuestas como alternativas y ya no resultan tan disonantes como la primera vez. Es de considerar que el término amistad se usa indiscriminadamente, que las personas sufren por no cubrir sus requerimientos vitales de amar y ser correspondidos. Ante ello, suelen llamar amistad, a cualquier relación.

Que las personas no se preocupan de evaluar esas relaciones a las que nombran como amigos y con ello solo refuerzan la creencia de que la amistad no existe y que en cualquier relación pueden salir vapuleados. Entonces se dan a la exploración constante de encontrar una relación que les complazca y se encuentran con que, al fin de cuentas de tanto repetir y repetir el vaticinio de que la amistad no existe se cumple.

Las relaciones cada día se tornan más competitivas y la fiereza de esa competencia es mayor para el género femenino. Porque las mujeres se encuentran en una mayor pugna por alcanzar determinado lugar o logro en sus vidas. Pero en general esa lucha competitiva se da en todos. Y es algo así, como necesito quitar a la otra persona de en medio, porque estorba, no tolero que tenga luz propia, y en variadas ocasiones, incomoda ver, el bienestar en los demás.

La amistad establece una relación madura entre las personas que busca dignificar, honrar, respetar, cuidar y brindar cooperación para enfrentar la vida. Un amigo enriquece con su cariño, cuidados y respeto a la vida del otro. Un amigo divaga, acompaña, está allí, aunque no sea de manera física, es un confidente, desea que la persona sea feliz, aconseja, es propositivo ante los enredos del diario vivir, no es alguien perfecto, pero trata de compartir con la persona con quien entabla relación de amistad, la parte más honesta y significativa de su persona.

Un amigo es fiel y leal, no teje telas de araña para que la persona quede inmóvil. Todo lo contrario, si en sus manos está, tiene la disposición de ayudar a quitar esas telas, para que no ensombrezca el camino de esa persona que eligió querer.

Shiletiar, es un modismo que implica dañar, cortar, sangrar, desprestigiar, colocar a una persona en una circunstancia difícil, en fin, causar sufrimiento a alguien. No hay seguridad del origen del término. Pero creo, que inicialmente era giletiar, y eso se deba a la popularidad obtenida en algún tiempo, de las hojas de afeitar Gillette, con las cuales al afeitarse, en la mayoría de ocasiones, las personas se terminaban cortando. Lo que sí es seguro, es que ningún amigo, que se dice como tal, debería ser capaz de shiletiar a otro.

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