Muchas han sido las críticas hacia el presidente Jimmy Morales por las decisiones y comentarios polémicos que ha realizado como mandatario, y consideramos importante que se recuerde que no hablamos de un estadista sino de un ciudadano que, de casualidad y sin estar preparado, terminó siendo electo en medio de una crisis profunda de institucionalidad en el país.

Morales ha pasado una semana en la que parece que su determinación era demostrar quién manda, cuando en una sociedad amplia y profundamente polarizada se discutía sobre las celebraciones del Día del Ejército. Cualquier Estadista con mediano talento, habría aprovechado la oportunidad para recordar la profunda crisis financiera por la que atraviesa el Estado y la necesidad de contar con la unidad social para enfrentar el rescate institucional tan necesario, en lugar de colocar al mismo Ejército en el ojo del huracán cuándo esa institución y muchos de sus miembros se han puesto en entredicho sin la ayuda de nadie.

Guatemala no tiene medicamentos en los hospitales, hay niños que mueren en la vía pública por hambre, las patrullas no pueden salir por falta de combustible y el presupuesto está sometido a los antojos de un Ministro que solo quiere privilegiar a los inversionistas sobre la transparencia y la eficiencia. Pero Morales apoya un desfile en el que cualquier cantidad que se haya gastado, aún sirviendo para un solo paciente, era mucho más útil usada en las carencias tan dramáticas con que viven muchos de nuestros ciudadanos.

Si a eso sumamos las palabras vacías del discurso presidencial, tenemos que llegar a entender que tan malos son los que se han aprovechado del país haciendo maquinarias del aprovechamiento y el saqueo, como durante los gobiernos de Colom / Torres y Pérez / Baldetti, como quien por ineptitud se deja mangonear por un grupito que lo mantiene alejado de la realidad de un país.

Entonces nuestra gran pregunta es ¿Cómo debemos juzgar a Jimmy Morales? Porque para nadie era un secreto que cuando fue electo aprovechó un eslogan con el que nos dijo que no era corrupto ni ladrón, y fue culpa de la ciudadanía no completarlo con que tampoco era Estadista ni estaba preparado.

Mientras Morales quiera mantenerse sometido a los poderes de los negocios corruptos como lo alienta a hacer su Ministro de Finanzas con terquedades como TCQ, derrocha recursos sin sentido como lo hace el Ministro de Defensa o sigue ciego ante las necesidades del país, se expone a ser juzgado con la misma dureza con la que se juzga a sus antecesores porque está consolidando el mismo sistema.

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