Diana María Ibarra
El alcalde capitalino Álvaro Arzú, dio un polémico discurso en la Plaza El Amate, donde incita a la violencia a los vendedores autorizados por la municipalidad en contra de nuevos vendedores que quieren ganarse unos quetzalitos para sobrevivir en este país donde ya no alcanza el dinero para comprar los productos de la Canasta Básica Vital debido al encarecimiento de los mismos. También pude observar en la pasarela del Transmetro del Trébol, cómo esos individuos que se hacen llamar vendedores, lastimaron e insultaron a un joven aparentemente nuevo en el lugar y los policías municipales se hicieron de la vista gorda ante ese atropello cometido contra un solo muchacho que trató de vender unos chocolatitos.
Es repugnante ver una escena así y que el alcalde Arzú fomente la ley del GARROTE y que, además, aplauda a esos sujetos que a mi juicio, no son vendedores sino delincuentes organizados que se sienten ahora a sus ANCHAS por las declaraciones del Alcalde de la ciudad capital que el año pasado, se hizo llamar Capital Iberoamericana de la Cultura.