Juan Antonio Mazariegos G.

Bajo la amenaza de ese acrónimo, la Unión Europea vive, al momento que se escribe esta columna, con estupor, la real posibilidad de que unos de sus miembros, Gran Bretaña, vote por la salida de la Unión, lo que de conformidad a expertos se traduciría en una crisis sin precedentes para toda la zona europea.

Realmente Inglaterra nunca se integró por completo a la Unión Europea, el gran sueño de unidad e integración que ha servido de imagen y ejemplo a otras regiones como la misma Centroamérica, y de esa cuenta Europa vio cómo los británicos mantuvieron su permanente reticencia a aceptar como moneda al Euro y su Libra Esterlina continua utilizándose como moneda de cambio oficial entre toda su población. De igual manera la política británica ha llevado constantemente y a lo largo de muchas elecciones el tema de la salida o no de Gran Bretaña de la Comunidad Económica Europea como bandera de campaña, y sus políticos utilizaron en muchas de esas elecciones ofertas electorales que prometían referéndums para que su población eligiera permanecer o no en la Unión.

Quizás por ser un ferviente partidario de la unión Centroamericana veo con decepción el voto del pueblo británico, que cuando menos en los primeros resultados se inclina a favor del Brexit, sin duda no puedo dejar de pensar en la cantidad de oportunidades que como región unificada podría tener Centroamérica y en consecuencia reflexiono sobre la oportunidad que al parecer quieren dejar escapar los ingleses.

Por supuesto, sé que Inglaterra no nació ayer y que a lo largo de su historia siempre ha mantenido una idea de negociación extrema que les beneficie en lo individual y ya lo demostró David Cameron cuando se presentó en Bruselas a negociar las condiciones para ir al presente referéndum , momento en el que obligó a la Unión Europea a darle a Inglaterra condiciones privilegiadas como miembro de la Unión que al parecer no fueron suficientes para convencer al electorado a votar por la permanencia en la Unión.

Aún falta el voto de Londres y la esperanza no se ha perdido, al igual que en nuestras ciudades, los centros urbanos también son más conscientes de sus decisiones electorales y puede ser que Inglaterra acabe no saliendo de la Unión Europea, en todo caso la relevancia de la decisión que están tomando y las consecuencias que esto traiga deben de servirnos de referencia a Nosotros los Centroamericanos a efecto de pensar en la forma de ir buscando la integración y los mecanismos que permitan que la misma se construya en igualdad y que la sinergia que genere sirva de vinculo para que nuestros ciudadanos encuentren valor en la unión y la integración.

Artículo anteriorLa estrategia de los impunes
Artículo siguiente«Y usted, ¿Qué gana con todo esto?»