Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt

Empiezan a arreciar los ataques en contra de Iván Velásquez y Thelma Aldana como parte de la campaña que se había ya denunciado y que es producto de la otra cooperacha, la que se ha estado haciendo para reunir recursos a fin de contrarrestar la embestida que la CICIG y el Ministerio Púbico han venido propinando a los grupos del poder paralelo que, desde hace muchos años, tiene cooptado al Estado.

Debe saberse que Juan Carlos Monzón era un operador de Baldetti y de Pérez Molina y que él no manejó toda la cooptación del Estado porque las figuras más importantes de esa práctica inveterada no trataban con el asistente de la Baldetti, sino que lo hacían directamente con Otto y Roxana. Pero es obvio que nunca se llegaron a imaginar que se avanzara tanto como para que algunos empresarios de cierto relieve llegaran a ser formalmente acusados de la cooptación del Estado y obviamente ahora todos sienten los pasos de animal grande y no están dispuestos a correr riesgos, por lo que les era urgente empezar con los ataques personales y, como bien dijo ayer la Fiscal, no se descarta que estén tramando cosas peores porque es mucho lo que está en juego.

Están usando argumentos torpes para atacar a Velásquez. Obviamente es trabajo de los entes acusadores presentar las pruebas que demuestren la culpabilidad de los encartados, por lo que si se les pide que también ellos estén sometidos a observar la presunción de inocencia se castraría todo el proceso probatorio. Tiene razón el Comisionado al decir que es trabajo del Ministerio Público desvirtuar la presunción de inocencia, puesto que es su trabajo aportar las pruebas que demuestren la culpabilidad de los sindicados.

Se busca a oscuros personajes para que sustenten criterios jurídicos aberrantes y se usan medios que pertenecen al gran capital, al mero gran capital, como instrumentos para propagar los ataques a la calidad profesional de Velásquez y de paso se ataca a Aldana por supuestamente haber ayudado a Monzón en un caso de contrabando. En el tema de Aldana es fácil desvirtuar todo el pastel que le han armado, simplemente hay que judicializar rápidamente el caso del contrabando que supuestamente dejó de investigar para mostrar que no hubo tales. En el caso de Velásquez es importante usar la lógica, puesto que si el MP y la CICIG presumen que todos los sindicados son inocentes, entonces por qué jocotes los están acusando.

Se ve ya la alianza de los poderes ocultos sin careta. Los radiodifusores dicen que respetan las investigaciones, siempre y cuando no se metan con ellos y lo mismo pasa con otros gremios. Se está conformando la gran alianza de los cooptadores del Estado para defender los privilegios que obtuvieron mediante trampa, coima, maña y corrupción. ¿Cuándo se conformará la gran alianza de los ciudadanos que no queremos que persistan esos vicios y que pretendemos la estricta observancia del Estado de Derecho?

No podemos cruzarnos de brazos y, menos, dejar que nos quieran ver cara de tontos.

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