Francisco Cáceres Barrios
fracaceres@lahora.com.gt

Un amable lector me comentó la semana pasada la urgencia de rescatar los recursos públicos que le pertenecen a la población, para que luego sean reinvertidos en los servicios de salud y así devolverle al guatemalteco el derecho a salvar su propia vida y la de los suyos que infelizmente pierden a diario por no contar con los recursos económicos necesarios. Según el informe reciente de la Procuraduría de los Derechos Humanos, el guatemalteco requiere en promedio, cada vez que asiste a una consulta en uno de los hospitales públicos, entre quinientos hasta mil ochocientos quetzales para exámenes de laboratorio y otras evaluaciones (radiografías, tomografías, resonancias magnéticas, electrocardiogramas, etc.) que el Estado no les puede proveer.

Lo anterior viene a demostrar que los culpables de haber hecho con los recursos del Estado lo que se les antojó, debieran reintegrarlos a la mayor brevedad posible, como ser prontamente sentenciados, pues por su culpa muchas vidas se han perdido y muchas más están a punto de ocurrir. ¿Será justo entonces que mientras los familiares de los encartados disfrutan de la buena vida en el extranjero y que los corruptos, que ahora atiborran los centros carcelarios del país, además de estar viviendo a costillas de los recursos aportados por los contribuyentes, los guatemaltecos sin un centavo en su bolsillo sigan pasando las de Caín, mientras que en la Constitución, la que tantas ganas le llevan los politiqueros para hacerla pedazos, se diga que el goce de la salud es un derecho fundamental del ser humano sin distinción alguna.

Eso además de injusto es ¡deleznable! Por lo que para restituir tal derecho habrá que mover cielo y tierra si fuera necesario. No hace mucho, sufrí una caída que me obligó a recurrir los servicios médicos privados y, solo para pedirme cartas, sin hospitalización, gasté más de mil quetzales para sufragar los estudios básicos de laboratorio y dos radiografías, antibióticos y analgésicos, situación que me obligó a preguntarme ¿qué podrá hacer la millonada de gente que no tiene siquiera el acceso a un examen médico de emergencia, mucho menos para comprar el agua oxigenada para desinfectar una herida?

“Como gesto humanitario” un juez ayer permitió que por enfermedad la exvicepresidenta Baldetti no compareciera a una audiencia judicial y yo pregunto: ¿“Por humanidad” no debieran también recuperase en el menor tiempo posible los recursos que mal obtuvo durante el período que desempeñó el cargo, lo que ocasionó infinidad de desastres a la sociedad guatemalteca, en especial la pérdida de la vida de tantos miles de seres humanos?

Artículo anteriorLa tragedia de los guajeros VI
Artículo siguientePresupuesto y el costo real de compras y contratos