Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt
En una declaración al programa A Primera Hora de Emisoras Unidas, la Fiscal General Thelma Aldana dijo que le parecía inconcebible que quienes han estado al frente de los diversos ministerios no se hayan dado cuenta de la corrupción porque la misma es tan evidente que, por acción o por omisión, todos ellos son parte del problema. Entiendo que se refería concretamente a los ministros del gobierno de Pérez Molina, pero es obvio que lo mismo vale para todos los que desempeñaron iguales cargos en los otros gobiernos que fueron también producto de la cooptación del Estado que no se inventó con el PP.
Muchos de ellos ahora son comentaristas de prensa y especialmente hay que señalar que varios de los que tuvieron la responsabilidad de dirigir la cartera del Tesoro son de los más activos para pontificar sobre el tema de la corrupción y el desastre del Estado, por lo que vale la pena traer a cuento la opinión de la Fiscal General porque no es posible que quienes tenían que hacer los pagos a los corruptores estuvieran por los cerros de Úbeda sin enterarse nunca de los compromisos que había detrás de esos pagos.
El problema es que se quiere dar la apariencia de que la cooptación del Estado empezó con la campaña del Partido Patriota porque es hasta donde ha podido llegar la Comisión Internacional contra la Impunidad y el Ministerio Público en sus investigaciones, pero el problema es añejo y forma parte del sistema político de nuestro país porque las campañas políticas se libran con dinero y no con ideas ni propuestas. No fue casualidad que durante años se eligiera a quien había quedado en segundo lugar en las elecciones pasadas, puesto que era la forma en que los financistas se aseguraban el retorno de su inversión. Ellos eran los que, desde el día siguiente a las elecciones, empezaban a nutrir de fondos al segundo lugar para convertirlo en seguro puntero en la siguiente contienda y si nos libramos de Baldizón fue nada más por el destape de la corrupción que hizo la CICIG y el MP.
Cada semana leemos los consejos del Ministro que le llevaba a Serrano las maletas con los confidenciales que el entonces presidente afirmaba que eran “suyos” y que formaban parte de su sueldo. Leemos a quienes pagaban a las empresas de Gustavo Alejos el sobreprecio de las medicinas y apañaban los sucios contratos abiertos que facilitaban las operaciones. El control del sistema financiero nacional está en manos de quien fue ministro en tiempos de la más oscura privatización de la historia del país y así podemos seguir citando casos uno tras otro porque, como bien dijo la Fiscal General, es inconcebible que no supieran nada de lo que pactaron sus jefes con los que por décadas han venido perfeccionando la cooptación del Estado.
Algunos pusieron pies en polvorosa por el carácter abrasivo, como decía el cable de la Embajada, de su jefa de facto, pero no por los trinquetes que tenían que pagar mensualmente sin chistar.
Y ahora hasta publican campos pagados por sus colectivos, expresando su sorpresa por lo que está pasando.