Hay voces escandalizadas que están denunciando que los detenidos por los casos de corrupción están en condiciones no adecuadas por haber sobrepasado la capacidad del cuartel Mariscal Zavala que como centro de detención ha recibido a todos los procesados VIP de los procesos dirigidos por MP y CICIG.
Sería bueno que se hiciera una revisión de cómo viven los otros reos en general y que se plantee el problema como una deficiencia muy seria del sistema y no por el sufrimiento de los que hoy son acusados como saqueadores del Estado.
Es una pena que no nos pongamos a pensar que más caóticas son las situaciones en los hospitales de la red del sistema de Salud nacional, las escuelas del Ministerio de Educación y las instalaciones de los agentes de la Policía Nacional Civil.
Y en todos estos casos, no hay recursos para cubrir con los gastos mínimos ni para hacer una lógica inversión para mejorar las instalaciones y los servicios, simplemente porque se han dedicado, gente como los acusados en estos procesos, a saquear al Estado.
Así como no hay un solo reo que merezca vivir en condiciones que contradigan los más básicos derechos humanos y el respeto al individuo, tampoco se puede pretender que se le trate como principitos a quienes han vivido como millonarios por medio de la corrupción que ha desviado esos fondos con los que se tendría que atender a quienes ven a sus hijos morir todos los días por hambre, por violencia o por falta de atención en un centro asistencial.
Casi parece que hay quienes están pidiendo que se les libere porque ellos “sí pueden quedarse en su casa” y que con una medida sustitutiva se actuaría con justicia. Lo preocupante es que con esas actitudes queda claro que la sociedad o los medios no han entendido que este es el momento fundamental para la transformación del país y que no puede ser que se vuelvan a tirar las piezas del ajedrez al aire y que caigan en las mismas posiciones en que estaban en el tablero. ¿Propondrían lo mismo con algún pandillero o se preocupan por otros presos?
A nivel internacional existe una admiración y expectativa inmensa hacia lo que el Ministerio Público y la CICIG están haciendo para enfrentar ese monstruo de la corrupción que ha mantenido encadenado el desarrollo y la generación de oportunidades. Pero va a ser necesario que la sociedad en su conjunto se sume a un esfuerzo en el que no podemos dejar que haya una sola posibilidad de que las cosas no cambien. Hay que atender al ser humano, pero a todos, no solo a los VIP del Mariscal Zavala.