Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt
Boquiabiertos quedamos los guatemaltecos al conocer con absoluto detalle el caso investigado por la CICIG y MP para destapar la cooptación del Estado que se ha venido dando entre los políticos que llegan al poder y los pícaros que con cuello blanco o con cuello sucio, han sido sus aliados permanentes para asegurar que el Estado sirva para nutrir sus fortunas, lo que explica en muy buena medida los niveles de equidad y pobreza que nos agobian. Ayer se presentó el capítulo de Pérez Molina y Baldetti, posiblemente el más descarado y ostentoso, pero hay que entender que cuando hemos hablado del sistema político nuestro es justamente eso a lo que nos hemos referido.
Hace mucho tiempo que se estableció el juego del financiamiento de las campañas políticas y los que han llegado, salvo el actual que recibió la Presidencia de rebote por el rechazo ciudadano, todos han pactado con esos poderes fácticos señalados ayer por la CICIG en el primer destape, porque si bien son todos los que están, todavía no están todos los que son. El caso produce asco y muestra los perversos pactos que permitieron que el Estado fuera secuestrado para enriquecer a los políticos y sus socios criminales.
Llora sangre ver la danza de millones presentada ayer por Iván Velásquez y Thelma Aldana porque es la explicación de por qué nuestro país genera riqueza que queda en pocas manos y pobreza que se extiende mientras cada gobierno genera un nuevo grupo de millonarios que no sólo le robaron dinero al pueblo, sino les robaron la esperanza de un futuro mejor.
El castigo de los culpables del saqueo es imperativo, pero también es indispensable que entendamos que esa mierda de reforma electoral que aprobó el Congreso con beneplácito y aplauso del Tribunal Supremo Electoral no sirve para atajar lo que ha ocurrido. Los diputados sabían el juego y los idiotas de los magistrados no tenían ni idea de cuál era el tema que nos preocupaba a los ciudadanos que sí sabíamos la forma en que operaban las mafias al cooptar a los candidatos para mantener la cooptación del Estado. Indigna que Taracena, con el respaldo del TSE, hablaran de históricas reformas cuando vemos cómo es que opera en realidad el sistema, con empresas de cartón, sobornos bajo la mesa, utilización de bancos y mil recursos para diluir la pista del dinero que le pagan a los vendepatrias que han sido nuestros presidentes.
Por ello me agradó que el Presidente hablara hace unos días de la necesidad de otras reformas a la ley electoral, y que ayer dijera que asume el liderazgo de la lucha por cambiar a Guatemala, porque eso es lo que le hacía falta. Él también fue conmovido por el devastador anuncio que con pelos y señales hacía ayer la CICIG y el MP y dispuso ir para demostrar que es parte de ese esfuerzo y eso lo enaltece y coloca en una dimensión que le permite enarbolar la bandera del cambio profundo que el país necesita.







