Raymond J. Wennier

La semana pasada hablé con Gary Marx, futurista y autor del libro “ Twenty one Trends for the 21st. Century”. Dentro de la plática abordamos el tema de la preparación a los estudiantes para el trabajo.

Hay dos aspectos de este tópico, uno es un currículo que los mismos estudiantes van a establecer de acuerdo a sus intereses, las nuevas demandas de la sociedad para entender los nuevos conceptos de los nuevos conocimientos que nadie puede adivinar y por lo tanto no es posible concretar un currículo como se ha hecho por años. Un grupo de personas deciden el contenido que deben aprender los estudiantes.

El otro aspecto, es que sí hay una serie de habilidades que es necesario dominar sin que importe a lo que se dediquen después de su educación secundaria. Es notorio que las habilidades requeridas no tienen nada que ver con un contenido específico de un currículo preestablecido por la escuela y por los vendedores de los libros de texto. Se han mencionado algunas de las siguientes en muchas ocasiones pero vale la pena indicarlas nuevamente.

1. El razonamiento y la habilidad de pensar crítica y creativamente.
2. La necesidad de poder resolver problemas en situaciones nuevas.
3. Tener la oportunidad de un aprendizaje multidisciplinario en su más amplio sentido.
4. La persistencia y resiliencia ante dificultades y obstáculos encontrados en el camino.
5. La curiosidad como base para el uso de la estrategia de búsqueda (inquiry approach) en el aprendizaje. Es aprender cómo descubrir nuevos conocimientos.
6. Saber cómo manejar las controversias, lo complejo y las paradojas.
7. Animar a los estudiantes a hacer buenas preguntas originales y buenas preguntas de seguimiento.

La lista continúa. No se sabe cuáles van a ser los tópicos de los contenidos del futuro pero sí podemos decir que esos aspectos podrán ser utilizados hoy y en el futuro, en los estudios (época de aprendizaje y práctica) y en el trabajo, sea el que sea.

Tenemos que estar listos a tratar un aprendizaje en cualquier tiempo, lugar, ritmo y modo.

Hablamos de las formas de evaluar los rendimientos académicos de los estudiantes. El doctor Marx dice que tenemos la mentalidad de “marcador de deporte”, haciendo referencia a la medición por medio de los exámenes estandarizados. La pregunta es ¿Cómo evalúan las empresas a sus colaboradores? En la escuela, la gran mayoría del tiempo, los estudiantes pasan la jornada sentados, escuchando al maestro que habla constantemente, haciendo trabajos repetitivos o superficiales. Al contrario, las empresas requieren personas que sepan comunicarse (hablar-escuchar-analizar) en forma multidireccional y que puedan tener un intercambio de ideas. Muchas veces más, los estudiantes no saben los objetivos de la lección o éstos no son claros. En las empresas, los objetivos son claros y establecidos previamente para fijar estrategias claras de cómo se van a lograr.

Hay muchas comparaciones más que podríamos apuntar, sin embargo, solamente me queda preguntar que si uno de los objetivos educativos es preparar a los estudiantes para el trabajo, por qué mantenemos acciones en el aula, que son opuestas a lo que requieren en el trabajo. ¿Cuándo vamos a cambiar?

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