Así como el Caso de “La Línea” ha llevado a muchos otros procesos en los que se empezó a jalar un hilo que terminó deshaciendo el suéter, es como en otras áreas podría realizarse lo mismo porque es evidente que con una sola investigación, saldrían a luz los métodos y las formas con que se han hecho grandes negocios por medio de las prácticas corruptas.

Y es que tenemos que recordar que la corrupción no empezó con el gobierno del partido Patriota ni terminó saliendo de ellos. Hemos hablado que la lucha contra la impunidad significa que se aplique la justicia en los casos que tradicionalmente quedaban impunes porque se miraban como “hacer negocios” el ejercer los saqueos u obtener las licencias, concesiones, devoluciones de crédito, etc., pero también termina siendo impunidad no hacer lo posible para que la ley alcance a todos los involucrados y beneficiados por estos hechos.

No han sido solo Alfonso Portillo y Otto Pérez junto a su gente los corruptos de Guatemala. Queremos motivar a las autoridades que hagan una búsqueda un poco más amplia en los mismos temas en que ya se ha trabajado, pero también que se extiendan, por lo menos, a las áreas de los contratos en el Ministerio de Salud, en la gallinita de huevos de oro de Comunicaciones y el Ministerio de Energía y Minas.

Para nadie sería un secreto que entrando a verificar esas tres instancias más aquellas entidades “reguladoras” con que se otorgan las licencias, se autorizan tarifas o se dan las concesiones, etc., podríamos tener muchos casos como para que caigan más políticos o “técnicos” al servicio de la corrupción de lo que nos podemos imaginar.

Ejercer administrativamente el poder político ha sido un gran foco de corrupción y para garantizar el imperio de la ley, no solo hay que correr el muro de la impunidad para que rodee a un gobierno, sino que hay que derrumbarlo para que alcance a todos.

Los problemas del país se podrían enfrentar con recursos porque el trabajo en general de la burocracia sería mucho más eficiente si se cuenta con la permanente certeza de que habrá un castigo en caso de malas prácticas e igual de parte de una ciudadanía que tendrá que cambiar su tolerancia y costumbre a la costumbre de tomar atajos para obtener beneficios ilegales.

Guatemala ha cambiado mucho a partir de concentrarse en los casos de la SAT. Solo quisiéramos imaginar lo que podría cambiar en caso que esos tres focos de inmensa corrupción y sus dependencias fueran investigados y los responsables de hartarse de ellos terminaran en la cárcel.

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