Fernando Mollinedo C.
¿Cómo podemos saber si hubo aumento de pobreza y miseria en Guatemala durante los últimos veinte años? ¿Quién nos dará una explicación al respecto? ¿Cuántos millones de pobres tiene Guatemala? Vivimos en un subdesarrollo amplio, total y eficaz para la élite económica, que nos hace ser un paraíso dentro de la escala de países donde los dueños del dinero compran, adquieren, consiguen u obtienen voluntades a su sabor y antojo.
De cualquier manera, el número que nos digan será siempre la marca de la indignidad para quienes han manejado los recursos del Estado durante la vida “independiente” de este país. Por todos lados aparecen güiras embarazadas; esa pobreza y miseria, son las razones para que “broten” mamás niñas y adolescentes a lo largo y ancho del territorio nacional con la incertidumbre de su destino como mujeres y el de sus hijos.
¿Cuántas niñas y adolescentes se embarazan al año? Podría ser que más del 60% de ellas pertenezcan a familias pobres sin recursos para afrontar su nueva realidad de inequidad y pobreza; es decir, los gastos que representa su manutención por parte de la familia, sin excluir las posibilidades de complicaciones mortales durante el embarazo o el parto.
Eso las obliga a dejar estudios e ingresar con suerte al campo laboral formal donde serán explotadas o al informal sin ventajas sociales para ganarse la vida. En Guatemala ¿Será un agravio ser mujer joven, pobre, sin protección social por parte del Gobierno? Para invertir en programas de salud reproductiva, prevención y atención, es que existe la captación de impuestos, por lo tanto, debemos exigir que las instituciones correspondientes procedan a cumplir con sus obligaciones.
Dicha situación representa un grave problema de salud que el Gobierno debe afrontar de inmediato; sin hacerse el papo o el baboso como los anteriores, pues son problemas de salud por los daños físicos causados a sus cuerpos con las secuelas psíquicas resultantes; ello incrementa y perpetúa la pobreza eliminando las posibilidades de un posible desarrollo de la niña mamá y su bebé.
El abuso y la violencia física son agresiones imposibles de manejar y difíciles de sanar; generan inseguridad y disminución inmediata de la autoestima, agudizan la discriminación y aumentan la exclusión social.
Palabras van y palabras vienen por parte de las autoridades; en documentos y en el imaginario nacional se supone que se brinda atención a este problema; sin embargo, la realidad demuestra lo contrario.
Los gobiernos se atrincheran durante cuatro años, cada cuatro años; no sirven para nada y lo atestigua el pueblo necesitado de atención médica: sin medicina y los miles de niñas madres que representan la injusticia, pobreza e inequidad como tarjeta de presentación de los ineptos gobernantes.
Y no es que pretenda que el Estado sea el único responsable de la situación de pobreza en Guatemala; porque la Responsabilidad de los padres y madres de familia a veces es inexistente, de lo cual escribiré en próxima ocasión. PERO, también es indigno que los gobernantes se hayan hueveado todo el pisto y no invirtieron en lo necesario y vital.