Raymond J. Wennier

En educación los temas de evaluación y medición estarán siempre en debate. En ocasiones habrá necesidad de medir resultados, si responden a un plan específico para medir o calificar algo concreto, y siempre habrá de darse la evaluación porque hablamos de trabajar con personas, cabeza, corazón y cuerpo, como seres sistémicos.

Anteriormente hemos hablado del líder; veamos hoy la cualidad del liderazgo que lo convierte en jefe de una sección o departamento o en jefe de una organización en la que le piden resultados del trabajo en equipo. Para presentar resultados, debe evaluar a los integrantes de su equipo y más importante, debe evaluar su accionar al frente de ese equipo y de esa organización.

El jefe tiene que evaluar a los colaboradores en varios aspectos. Sin embargo, no es únicamente ver el “bottom line”, ganancias, sino también los aspectos humanos que no pueden ser medidos por instrumentos que simplemente resultan en números, estadísticas y posibles proyecciones.

Ejemplos de lo anterior, 1. La interacción entre los compañeros de trabajo que está claramente detallada en la visión y misión de la organización. 2. Confianza, no sólo entre los colaboradores sino entre ellos y el jefe. 3. Participación auténtica en el proceso de la toma de decisiones.

La otra vía de la evaluación es que el jefe debe recibir retroalimentación sobre los mismos aspectos técnico- humanos. Ejemplos, 1. La explicación clara de la visión, misión, objetivos y “targets” de la organización. 2. Lo anunciado sobre lo que es y lo que se espera de los colaboradores. 3. Trato del jefe con sus colaboradores.

En el proceso educativo, y toda acción humana, está sujeta a ser educada, se habla de una “evaluación formativa”. Consiste ésta, en una retroalimentación oportuna, en contexto, que sirve para que los estudiantes puedan ver lo que se ha hecho bien y dónde se necesita más trabajo para alcanzar un nivel de satisfacción de acuerdo a los objetivos y “targets” establecidos. Además, de acuerdo a lo anterior, los alumnos o el estudiante en general, pueden hacer los ajustes necesarios no solamente en el momento sino que les enseña cómo pueden usar los ajustes (estrategias) en nuevas situaciones y así crecer académica y humanamente.

Pero, no es solamente para los alumnos, o estudiantes en general, es para los maestros, instructores, también. ¿Qué ajustes tiene que hacer en su presentación del contenido para que los alumnos, estudiantes, aprendices, puedan lograr el éxito? Como vemos, es una evaluación de doble vía.

La evaluación formativa es exactamente eso. Es hacer un juicio sobre cómo puede el proceso evaluativo ayudar en la formación del individuo para mejorar su acción en el presente y también en el futuro. Concluimos entonces, que no es solamente en el campo educativo escolarizado que se aplica este modelo de evaluación, sino también se aplica en las organizaciones de todo tipo, industriales, de negocios, de servicios, de asesoría. Es cuestión de pensar cómo se puede aplicar en uno u otro escenario.

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