Juan José Narciso Chúa

En los resultados de la investigación elaborada por Mamerto Reyes Hernández, se observa que en cuanto a los resultados de las habilidades numéricas, abstractas, y general, respectivamente, se registran los promedios más altos de 70 puntos, mientas que en la habilidad general, el promedio más alto supera los 80 puntos. Sin embargo, la mayoría de unidades académicas registra promedios bajos, llegando, incluso, a encontrarse promedios debajo de 30 puntos.

Los promedios más altos del conjunto de unidades académicas en el conjunto de habilidades señaladas, los registran los estudiantes de primer ingreso de las facultades de: Odontología, Ingeniería, Arquitectura, Ciencias Médicas y Ciencias Químicas. En habilidad numérica, estas facultades superan los 68 puntos; en habilidad abstracta, sus medias se encuentran arriba de los 64 puntos; en habilidad verbal superan los 76 puntos y en habilidad general, sus promedios se sitúan arriba de los 68 puntos. No está de más mencionar, que la Escuela de Ciencia Política, unidad académica en donde fui profesor por varios años, se encuentra entre las primeras unidades académicas, pero un poco más abajo que el grupo mencionado anteriormente.

Las facultades con los porcentajes más altos de estos estudiantes son Odontología, Ingeniería, Arquitectura, Ciencias Médicas y Ciencias Químicas. En estas, más del 50% de sus estudiantes superan los 80 puntos en todas las habilidades. En algunas habilidades se adicionan a este grupo de unidades académicas, la Escuela de Ciencias Lingüísticas, la Facultad de Medicina Veterinaria y la Escuela de Ciencia Política.

Sin embargo, tal como señala Mamerto: “Este hallazgo es preocupante y para tener una idea más clara del problema que representa, se observaron las cifras absolutas de estos estudiantes y se encontró que las facultades con mayor número de inscripciones logran captar un mayor número de los mismos. Estas facultades son Humanidades, Ciencias Económicas, Ciencias Jurídicas, Ingeniería y Ciencias Médicas. Del total de estudiantes de primer ingreso de 2015 que hicieron las pruebas de orientación vocacional en 2014 en Bienestar Estudiantil, 4,877 obtuvieron más de 80 puntos en habilidad matemática. De estos, 862 se inscribieron en Humanidades, 388 en Ingeniería, 385 en Ciencias Médicas, 322 en Ciencias Económicas y 303 en Ciencias Jurídicas.

En cuanto el análisis de las edades de los estudiantes, se puede observar que: “las medias oscilan entre 18.81 y 23.76 años. Siendo las medias más pequeñas las del Programa de la Facultad de Humanidades de Formación Inicial Docente y las de las facultades de Odontología, Medicina Veterinaria y Ciencias Químicas, con una media de 19 años. La media más alta corresponde a la Escuela de Trabajo Social y Facultad de Humanidades con 24 años”.

Un hallazgo interesante del estudio de Mamerto refiere que las cinco facultades con los mayores promedios de habilidades (odontología, ingeniería, ciencias médicas, ciencias químicas y arquitectura), el 50% de sus estudiantes tienen 19 años o menos.

En cuanto al sexo de los estudiantes, Mamerto señala que: “se estimó que entre los estudiantes de primer ingreso a la Usac, las mujeres representan más de la mitad y que su presencia va en aumento. Se observó que de 2005 a 2015, el porcentaje de mujeres se movió de 52.47 a 56.57%. La población de hombres en este período, se movió en sentido contrario, pasando de 47.53 a 43.43%. Frente a estas cifras, las pruebas del Mineduc muestran que la población de graduandos tuvo en promedio 49.74% de mujeres y 50.26% de hombres”.

En cuanto la cuestión étnica, Mamerto consigna: “Respecto a las principales etnias de los estudiantes, los porcentajes de las pruebas de los graduandos del Mineduc indican que los ladinos tienen una presencia del 67.51% y los mayas del 25.41%. Mientras que de acuerdo con nuestras estimaciones, en el primer ingreso a la Usac, los estudiantes ladinos representan el 83.83% y los mayas el 14.29%. Las diferencias entre porcentajes entre etnias, obviamente muestra una inequidad para los estudiantes mayas, sin embargo, cuando la diferencia aumenta derivada de un aumento del porcentaje de estudiantes ladinos y una disminución del porcentaje de mayas, la inequidad mostrada es mayor. Sin embargo, la misma no es responsabilidad del sistema de admisiones, ya que este trata a todos por igual”.

A este respecto, Mamerto concluye: “la responsabilidad debe adjudicarse a toda la sociedad nacional, en la cual bajo el estímulo de un grupo social dominante históricamente se han desarrollado mecanismos para la marginación de los otros grupos sociales que la conforman. De este modo, los grupos sujetos a mayor marginación se presentan a las pruebas con menos preparación para aprobarlas”.

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