Roberto Arias
En múltiples oportunidades he tratado el tema del basurero de la zona 3: Una gigantesca estupidez que persiste a través de las décadas sin que el alcalde Arzú y sus achichincles hayan tomado previsiones para sacarlo de allí, a pesar de mantenerse en y detrás del poder durante unos 30 años. La casta población guatemalteca lo eligió como presidente de la República en una desconsolada oportunidad; pero el basurero sigue allí bajo la crasa responsabilidad del nuevamente alcalde Arzú y, ya debe una enorme cantidad de muertes.
La alcaldía le llama “Relleno sanitario” como otro eufemismo. Ese es un pinche y vulgar basurero que lo describió la revista National Geographic, la primera vez que Arzú fue alcalde y Vinicio Cerezo Presidente, como “El basurero de la ciudad de Guatemala que humea las veinticuatro horas durante todo el año, a pocas cuadras del Palacio Nacional”
La muerte de tantas personas en una tragedia totalmente previsible y responsabilidad absoluta de Álvaro Arzú. Seguramente él conoce cuáles son las características de un relleno sanitario, lo cual no coincide en nada con el barranco de la zona 3donde la Municipalidad irresponsablemente deposita los miles de toneladas de desechos sólidos orgánicos e inorgánicos de toda la capital de Guatemala y municipios vecinos.
La generación de residuos sólidos es un proceso esencial a cualquier actividad del ser vivo. El ser humano ha generado desechos sólidos desde su formación, alterando el medio ambiente natural con prácticas agrícolas, ganaderas, mineras, industriales o urbanas, ocasionando con ello la formación de residuos, algunos de origen orgánico biodegradable y muchos más de origen inorgánico de difícil degradación. El cambio de costumbres, así como el incremento desproporcionado de la población, ha ocasionado el incremento de desperdicios de tal forma, que rebasa el poder degradacional de la naturaleza, ocasionando la estancia de los residuos sin degradarse durante muchos años. Se ha encontrado, por ejemplo, la existencia de papel periódico moderadamente degradado de hace 30 años en tiraderos antiguos, en contraste de rellenos en donde un elemento biodegradable puede descomponerse en escasos días. Esta diferencia se basa esencialmente en el tipo de residuos y el medio en donde se depositen, ya que el proceso de degradación está en función de la humedad, temperatura, oxígeno, composición y dimensión de las partículas; si bien la mayor parte de los residuos, sean de origen inorgánico u orgánico, son disueltos durante el período de descomposición biológica, este dependerá en mayor proporción del grado de humedad que exista, el cual puede afectarse por el rango de precipitación promedio anual, tipo y espesor de cobertura, terreno y pendiente.
El basurero de la capital de Guatemala deben convertirlo en un verdadero “Relleno Sanitario” fuera de la capital, en un lugar específico estudiado para hacer un trabajo altamente profesional y con una visión a muchos años en el futuro.
Eso lo logrará la ciudad de Guatemala… con otro alcalde.