Eduardo Blandón

Informa a nuestros compatriotas de que el impuesto que se pague con el propósito de educar no es más que la milésima parte de lo que se tendrá que pagar a los reyes, sacerdotes y nobles que ascenderán al poder si dejamos al pueblo en ignorancia.
Thomas Jefferson

Uno diría que hay crisis en las finanzas públicas porque, entre otras cosas, lo tributado no alcanza para cubrir las necesidades básicas.  Los economistas y sus sesudos estudios independientes afirman que somos un país con moral de dudosa reputación al momento de contribuir a las arcas públicas.  O sea, dicho de manera clara, escamoteamos el pago de impuestos.

Los hechos lo demuestran.  La CICIG ha evidenciado cómo Pérez Molina y Baldetti Elías organizaron una estructura saqueadora, amparada en los privilegios de sus puestos de gobernantes.  Millones de quetzales arrebatados sin esfuerzo, por la noche o a plena luz del día.  Sin arrugarse ni encogerse.  Sin escrúpulos.

Si fueran ellos los únicos, quizá serviría de consuelo (de tontos).  Pero, los mafiosos de La Línea son solo un grupejo de hampones (importantes, eso sí).  Según la CICIG, y no hay derecho a dudarlo, hay otras organizaciones que viven bajo la sombra y cobijo de nuestro sistema comatoso.  Razón por la que tributar pareciera una actividad de tontos por la porosidad de nuestras arcas.

Sin contar, por supuesto, que muchos empresarios también escamotean la carga impositiva.  Prueba de ello lo constituyen las argucias financieras encubiertas, reveladas en el escándalo de los famosos Panama Papers o papeles de Panamá.  Lo que demuestra la moral del empresariado en cuestión que evade impuestos.  Así tranquilos, frescos para conservar lo que, según ellos, han ganado con el sudor de su frente.

En ese estado selvático, anárquico y egoísta, pagar impuestos está de pelos.  Y con todo, tenemos que rectificar la plana para salir del estado en el que estamos.  No se trata, como dicen los voceros del capitalismo, de que “la mejor manera de ayudar a los pobres es reduciéndoles los impuestos a los ricos”, porque ese discurso ya está superado.  La idea es contribuir entre todos para salir de la pobreza y dar pasos firmes hacia el desarrollo.

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