Sandra Xinico Batz

Guatemala es un país hostil para vivir cuando se tienen discapacidades ya que arquitectónica y socialmente no está preparado para brindar una vida digna a las personas que requieren medidas específicas para que una discapacidad no sea obstáculo para tener una vida plena. El trabajo es un claro ejemplo de ello, ya que existen muy pocas empresas que toman un porcentaje definido de empleos para personas con discapacidades, lo que provoca serios problemas para este grupo social, como la mendicidad, el aislamiento y la dependencia; así como también, existe muy poco monitoreo del Estado por garantizar que los que sí tienen un empleo sean respetados en cuanto a sus derechos humanos y laborales, lo que da paso a malos tratos y abusos.

Esta semana fuimos testigos de ello, y lo más duro es que esta vez provenía de una institución cuyo origen y razón de ser, se debe precisamente a personas con discapacidades, como la Lotería Santa Lucía que emplea a cientos de personas ciegas quienes mantienen con su trabajo a la institución y los servicios que presta el Benemérito Comité Prociegos y Sordos de Guatemala, trabajadores que mantuvieron un plantón frente al edificio de la lotería (9ª calle, 3-07 zona 1) desde el miércoles hasta hoy, denunciando que eran víctimas de discriminación, coacción y explotación laboral por parte de la Junta Directiva del Comité.

El plantón estuvo conformado en su mayoría por adultos mayores no videntes quienes, además, tienen enfermedades como diabetes y problemas cardiacos, lo cual no fue un obstáculo para mantener esta acción con la que pretenden mejorar su situación, ya que es un empleo que también les significa peligros, pues para vender deben recorrer grandes distancias en toda la ciudad, bajo sol y lluvia y con el riesgo de ser sancionados si no terminan de vender sus talonarios. A pesar de esto no pierden el humor, la esperanza y la fuerza por cambiar su situación.

Julián Velásquez, Secretario General del Sindicato de Ciegos Unidos de la lotería indica que su demanda principal es remover a la Junta Directiva del Comité, ya que lleva años de no renovarse. Denuncia también que la base legal de la lotería (Decreto 577 del Presidente de la República de 1956) no es respetada ya que en ella se establece que ellos son agentes vendedores de la Lotería Santa Lucía y no compradores mayoristas como les han nombrado ahora para quitarles vínculos laborales con la institución.

Su mensaje para la población es: “Los vendedores no videntes de la Lotería Santa Lucía le pedimos al noble pueblo de Guatemala que no nos abandonen, que sigan comprando números de la lotería y les pedimos una disculpa si alguna persona piensa que esta acción es una mala actitud, pero los no videntes también sentimos y solamente así nuestros derechos y beneficios pueden regresar a nuestras manos”.

Uno de los logros de esta acción ha sido conformar una mesa de diálogo con distintos actores (incluso diputados del Congreso) que inicia este lunes.

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