Lucrecia de Palomo

Como ya es costumbre en este país los escándalos políticos, económicos y de toda índole se dan un día para quedar en suspenso, mientras otro se cocina y explota. Se arma el escándalo, poco o nada se investiga y en la mayoría de casos quedan incompletos en el inconsciente del ciudadano.

El domingo pasado UNIVISIÓN circuló un Tweet con otro escándalo, el llamado Papeles de Panamá. Un lector atento puede notar que más que una investigación rigurosa es una noticia amarillista. Desde los años 1970, bancos de primera línea internacional, deciden dirigir una línea de negocios en los países donde el dinero extranjero tiene un bajo nivel impositivo y un alto nivel de privacidad. Son variadas las razones por las cuales los propietarios del dinero buscan este tipo de estructura; pero como toda creación humana es utilizado para el bien o el mal. Para que sea operativa una offshore se hace necesario constituir una sociedad fuera de plaza y es allí donde los bufetes de abogados prestan sus servicios. En Panamá el bufete de Mossack Fonseca se especializó en esa área legal.

Según las publicaciones a nivel internacional sobre el tema que presenta Univisión son más de once millones y medio de papeles o sociedades las que han quedado al descubierto. Once y medio millones entre los que se mencionan el nombre de Vladimir Putin, por cantidades de dos mil millones de dólares; también los hay de jugadores de futbol, personajes del cine y la realeza y son muchísimas más personas a nivel mundial.

Guatemala no está al margen de este tipo de sociedades, deben ser cientos de personas de grandes y medianos capitales, de políticos, etc. quienes las tienen; más sin embargo, solo tres nombres salieron a luz por Univisión: una inversionista y dos abogados. Al leer la nota, se puede notar inmediatamente imprecisiones. Se habla de la señora Chacón, juzgada y condenada en Estados Unidos el año pasado, como dueña de la sociedad.

Pero no solo esas imprecisiones llaman la atención, también su estilo de redacción, pues maliciosamente con letras negritas resalta “también tenía vínculos con el abogado guatemalteco Francisco Palomo Tejeda” “quien murió asesinado por dos sicarios en junio 2015.” Las notas tratan, tendenciosamente, de decir que Pancho mi esposo tenía vínculos con el narco “a quienes les quedó mal” y por eso fue asesinado, lo que NIEGO ROTUNDAMENTE, además no presenta pruebas que lo demuestren.

Para poder yo comprender lo escrito por Univisión, indagué entre los casos que Pancho llevó y efectivamente, fue contratado por representantes de Broadway para recuperar la deuda de pagarés emitidos por un señor Zimery en un negocio de una hidroeléctrica y debía ejecutarse legalmente. La representante de Broadway, quién llevó el caso no fue la señora Chacón, además dicha señora no figuraba en ninguno de los papeles del negocio. El trabajo judicial lo hizo Pancho y consta en los juzgados donde se litigó.

Así también, se me informó y comprobó documentalmente que tanto Broadway como su representante fueron investigadas, y certificadas por las autoridades de EE. UU. de no tener malos manejos ni vínculos, razón por la cual fueron ambas retiradas del listado de la OFAC, lo cual según palabras del representante de la CICIG, poquísimas personas obtienen. Además se me indicó que quién habló con el Lic. Díaz Durán para arreglar los papeles legales panameños no fue el Lic. Palomo, fue un amigo del Lic. Díaz Durán, un argentino.

Lamentablemente, con una nota como la que hice mención, muchos guatemaltecos dirán la tan gastada frase “a saber en qué andaba metido y por eso lo mataron” posiblemente las intenciones de su publicación fueron de desviar las investigaciones de su asesinato o desviarme a mí de la lucha por que se aplique la pena de muerte. Lamentablemente Pancho no está vivo para aclarar, pero sí que los papeles hablan. Quienes quieren desacreditar toda una brillante carrera profesional, olvidan que Pancho sembró semillas y los frutos de las mismas están a la vista de todos. Tanto a quienes lo conocieron y lo trataron, como a mí nos consta que el éxito de vida de mi esposo se debió a su inteligencia, valores y arduo trabajo. Nadie podrá ensuciar su nombre que es también el de mis hijos y nietos.

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