Félix Loarca Guzmán
Todo indica que los diputados han lanzado una cortina de humo para distraer la atención pública, frente al creciente desprestigio que han cosechado en las últimas semanas con sus decisiones erráticas, al burlarse de la voluntad popular con respecto a las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos.
En efecto, ayer martes el Congreso de Guatemala con una mayoría de 106 votos de un total de 158, rechazó el veto que el Presidente de la República, Jimmy Morales, emitió contra el Decreto que contempla una pena de tres años de prisión a los Ministros de Estado que no acudan a las citaciones de los parlamentarios.
Aunque en forma demagógica, algunos congresistas están invocando que se trata una acción que consolida la independencia de poderes y la facultad de fiscalizar los actos de los funcionarios del Organismo Ejecutivo, en el fondo lo que tratan es manipular a los guatemaltecos para que olviden su mal desempeño como diputados, al burlarse de las principales demandas del pueblo el año pasado en la Plaza de la Constitución en contra del transfuguismo y la reelección de los legisladores.
En los días anteriores, los diputados provocaron una profunda decepción al dejar al margen las principales exigencias de la ciudadanía para combatir la corrupción y fortalecer el sistema democrático del país.
Durante la crisis política del año, que desembocó en el derrumbe del gobierno del Presidente Otto Pérez Molina, las movilizaciones populares, demandaron la reforma de la Ley Electoral y de Partidos Políticos, entre otras cosas para frenar la reelección de los diputados y otorgar validez jurídica al voto nulo.
Los Magistrados del Tribunal Supremo Electoral, propusieron un pliego de reformas, pero a la hora de las verdades, los legisladores alteraron su espíritu. Eso es lo que pretenden que quede en el olvido.
La propuesta se orientaba a que en el caso que el voto nulo llegara al 51 por ciento, la elección tendría que repetirse con otros candidatos. Sin embargo, los congresistas aprobaron el voto nulo, pero con la participación de los mismos candidatos. Por otra parte, dispusieron mantener vigente su reelección indefinida.
Y por si todo esto fuera poco, aprobaron aumentar el número de diputados, mientras la ciudadanía exigía lo contrario, o sea una reducción.