Lic. Douglas Abadía C.
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El conflicto puede definirse como un proceso interaccional y que como tal nace, crece, se desarrolla y puede a veces transformarse, desaparecer, y/o disolverse, y otras veces permanecer estacionario.
El tema social abarca todo lo perteneciente o relativo a la sociedad. Al vincular ambos conceptos pues podemos afirmar que el conflicto social vincula el antagonismo de las partes en el ámbito colectivo no privado.
En el caso concreto de Guatemala podemos afirmar que existen un sinnúmero de conflictos con tinte social, es decir, existen una serie de demandas de tipo social que no han sido satisfechas por parte de los gobiernos a lo largo de la historia nacional.
El Estado de Guatemala ha sido débil o casi nulo en términos de generar las condiciones necesarias para evitar que existan elementos subyacentes dentro del tema de la conflictividad social en el país.
Soy de la opinión de que todos debemos cooperar para avanzar y no seguir obstaculizándonos unos a otros, como el clásico ejemplo del canasto u olla de cangrejos. La sociedad demanda una mejor calidad de vida, acceso a bienes y servicios, a desarrollarse y crecer sin límites en el plano profesional y personal.
Tanto el sector privado como público deben de velar porque el país avance, lamentablemente es típico debido al poder económico que cada sector busca alcanzar y hacer las cosas diferentes a lo tradicional pues somos de la creencia que el mundo es de los vivos y no apostamos por romper esquemas, hacer las cosas diferentes en aras de mejorar.
Podríamos afirmar que a lo largo de toda la historia los conflictos se han resuelto típicamente en dos formas: violenta y pacífica o amigable. Entre estos dos extremos se dan matices intermedios que conjugan ambas formas.
En nuestra realidad prevalece la violencia como la forma de resolver conflictos de cualquier tipo, debido a que nuestra historia nacional nos ha marcado como personas con bajos niveles de tolerancia, además de querer imponer nuestras ideas a toda costa, no generar consensos, escasez de diálogo; lo cual lleva a generar muchas veces conflictos innecesarios.
A modo de preconclusión podemos afirmar que lamentablemente en nuestro país el tema de la conflictividad social parece que nunca acabará, pues cada vez son más los grupos de ciudadanos inconformes por diversos temas como la salud hasta por una mejora salarial; entro otros temas de conflictividad social.
Es urgente apostar por partidos políticos que se comprometan a tratar todos estos temas que generan más odio, resentimiento y revancha en la población guatemalteca, además de evitar perder vidas humanas como esfuerzos que se pueden aprovechar en otros temas para sacar adelante a toda la sociedad.