Como parte de los eventos con que justifican el gasto de las donaciones que reciben, una fundación ha organizado un foro a desarrollarse mañana en la ciudad de Washington DC, precisamente en la sede de la Organización de Estados Americanos, OEA, con el tema «Centroamérica en la Mira: Avances y Desafíos».

Y verdaderamente creemos que es una oportunidad de oro para poder entender los desafíos que se plantean a la sociedad guatemalteca, si comprendemos que los dos expresidentes que participarán como panelistas tendrían que cumplir, al menos, con sentarse a hablar la verdad enfrente de los asistentes.

Siendo así, será que podremos entender que los procesos de concesión y privatización de empresas del Estado corrieron con la suerte para los presidentes que los llevaron a cabo de no haber tenido a una Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala en ese momento porque, si no, sería muy complicado que Vinicio Cerezo, uno de los representantes por Guatemala en tan sesudo foro, pueda explicar los beneficios que altos exfuncionarios de su gobierno obtuvieron. Es tan sencillo compararlo en los tiempos actuales, que hubiera sido como que Alejandro Sinibaldi hubiera terminado de dueño de la primera concesión de celulares siendo ministro de Comunicaciones o que Francisco Cuevas hubiera sido alto ejecutivo de la Aviateca privada.

Si Vinicio Cerezo quiere cumplir un rol de utilidad para los desafíos de Guatemala, tendría que contar con detalles cómo es que el mandato otorgado por el voto sufre el secuestro de los poderes paralelos que limitan y utilizan a los Presidentes.

Y por supuesto que un sincero y honesto Álvaro Colom aprovechará para explicar cómo es que fue utilizado por su falta de capacidad y carácter por personajes como su exesposa y su ex Secretario Privado de la Presidencia, Gustavo Alejos (por cierto, en la cárcel), para convertir al Estado en una operación empresarial utilizando la excusa del rostro social, terminó entre otras cosas avalando contratos sin respaldo en el Ministerio de Comunicaciones, con una bolsa solidaria eficiente en el área electoral, en el negocio de Transmetro y absoluta observancia al cumplimiento con sus financistas de campaña, muchos de ellos, vinculados al crimen organizado. Por supuesto que lo que con sarcasmo pedimos, nunca sucederá.

En fin que el viaje que han hecho estos dos exmandatarios, seguro que ya no en avión privado de los que le prestaban a Colom «sin compromiso» sus amigos financistas, podría servir para que quienes por ahora están fuera del microscopio de la Justicia, se pinten como estadistas. Pero también es nuestra obligación recordarles que tenemos memoria y que no son mejores ni peores que los presidentes que han pasado por la cárcel.

Artículo anteriorUrge retomar la reforma al sector justicia
Artículo siguiente«Zootopia» mantiene dominio de la taquilla