Jorge Mario Andrino Grotewold.
* @jmag2010
El desarrollo urbanístico de la ciudad de Guatemala ha sido obligado a diseñarse sin una planificación adecuada desde hace muchos años, lo que se evidencia ante la expansión de migraciones internas que se asientan en barrancos o en áreas de riesgo, provocando inseguridades viales y habitacionales, ausencia de servicios básicos como el transporte o el agua, y la precariedad del Estado, representado por la autoridad local y nacional, de brindar oportunidades para alcanzar un progreso social y económico.
La expansión también ha obligado a ciudadanos a trasladarse a las áreas aledañas al centro urbano, en un proceso de crecimiento habitacional para personas con condición económica media/alta. Así, la carretera que tiene ruta hacia el vecino país de El Salvador y la expansión hacia la zona 16, ha obligado también a asentar comercios y servicios privados como los bancos, para satisfacer una demanda real de quienes habitan en esos sectores.
Este concepto ha tenido como resultado el aumento de tránsito vehicular, y la creación de fuentes de trabajo importantes como colegios, restaurantes, centros comerciales, bancos, supermercados, discotecas, oficinas profesionales, universidades, entre otras. La expansión obliga en este 2016 a la Municipalidad a buscar una solución al tránsito vehicular justamente en las inmediaciones del denominado “Paseo Cayalá”. Se espera que sea de gran beneficio para la circulación de quienes poseen vehículos, y quienes hacen sus gestiones personales o profesionales en el área. Pero ¿y los peatones? Todos esos lugares, que sirven de entretenimiento o negocio, necesariamente deben contar con la mano de obra obrera para atenderla. Meseros, administradores, maestros, cajeros, personal de seguridad, cocineros, personal de limpieza y mantenimiento, todos necesariamente usan transporte público y requieren de espacios peatonales seguros para el traslado hacia sus centros de trabajo. Comensales y clientes que asisten también a los centros comerciales cruzan “corriendo” el boulevar de vía rápida que comunica esas áreas, y cuando las obras de agilización vehicular culminen, permitirá la fluidez amplia y la dificultad aumentará para los peatones.
En todo el mundo se planifican adecuada e integralmente los grandes complejos turísticos, empresariales o comerciales con una orientación al peatón, garantizando su seguridad, accesibilidad y comodidad, incluyendo espacios para personas con discapacidad. ¿Por qué para Guatemala es tan difícil pensar con esa función social?
Espacios subterráneos que intercomunican grandes áreas, pasarelas estéticas que adornan los espacios urbanos y áreas seguras de acceso al peatón, son recomendaciones para Tu Muni y los grandes complejos como Cayalá, para evitar tragedias a seres humanos o incomodidades a trabajadores y usuarios.