Javier Monterroso

El año pasado la CICIG y el MP nos dieron una luz de esperanza cuando comenzaron a investigar y perseguir penalmente los casos de corrupción, la ciudadanía acuerpó estos esfuerzos y se logró la caída del gobierno de Pérez Molina y Roxana Baldetti, además, se evitó el hasta entonces inminente triunfo de Manuel Baldizón e incluso el TSE impidió que algunos de los diputados más cuestionados asumieran sus cargos.

Hay que ser claros: Guatemala estaba al borde del Estado fallido y por un momento parecía que se abría una nueva ventana de oportunidad para reformar el sistema político y el de administración de justicia y recuperar el rumbo para convertirnos en una nación moderna. Sin embargo, a casi un año de que inició este proceso pareciera que la ventana se ha cerrado, los mismos actores de siempre se han reposicionado y se han paralizado los procesos de reforma iniciados.

Analicemos que pasó, en primer lugar, con la reforma política que incluye la Ley Electoral y de Partidos Políticos y la Ley Orgánica del Congreso; en el primer caso la sociedad civil planteó una propuesta de reformas a la ley electoral súper ambiciosa y aunque ya el anterior congreso y la Corte de Constitucionalidad se habían encargado de limitar bastante, aun así era un avance en relación a la situación actual, sin embargo, el actual congreso se encargó de sepultar los puntos más importantes de la reforma: la paridad, la prohibición del nepotismo, la independencia del TSE y los controles sobre el financiamiento electoral, y lo que pretende aprobarse no representa ningún avance concreto.

En el caso de la reforma a la Ley Orgánica del Congreso si bien es un avance concreto el período de un mes que se otorgó para que entrara en vigencia permitió que el partido de gobierno, el FCN, se nutriera a base del transfuguismo, por lo que actualmente la bancada más fuerte en el Congreso es un híbrido entre LIDER-FCN y el PP.

En materia de administración de justicia la gran batalla perdida es la elección de magistrados de la Corte de Constitucionalidad, el punto más decepcionante es la actitud de la mayoría de miembros del Consejo Superior Universitario de la Usac, que tuvieron la oportunidad de escoger a profesionales idóneos, pero que privilegiando sus intereses clientelares y corporativos eligieron como titular a un candidato al que se demostró con pruebas fehacientes que incurrió en plagio, con esta acción la Usac perdió legitimidad para liderar la reforma del Estado.

Y si creen que la captura de Gudy Rivera y las declaraciones de ECO son un avance, lamento decepcionarlos pero las fuerzas oscuras están reposicionadas y buscan por todos los medios que los acusados en los casos de CICIG-MP sean absueltos por las Salas de Apelaciones y la Corte de Constitucionalidad y a este paso posiblemente lo logren. En verdad vamos de mal en peor.

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