Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt

El año pasado dije que Otto Pérez y Roxana Baldetti habían logrado lo impensable, es decir, hacer lo suficiente para que la población se molestara lo necesario para dejar por un lado, de forma momentánea y de manera superficial, la indiferencia que ha dominado nuestro actuar social y ciudadano.

Y traigo a colación ese razonamiento, porque no obstante de que en las urnas Jimmy Morales aplastó a “la vieja política”, han sido Sandra Torres y la UNE los que le han sacado raja a la incapacidad que ha tenido Morales de aliarse con el pueblo para que sea éste (la gente) quien termine siendo el motor de la reforma integral que necesitamos si queremos dejar de ser un Estado Fallido.

A pesar de que Taracena ha hecho del Congreso un centro de empleo para los desempleados de la UNE o peor aún, un centro donde se le ofrece un segundo salario a la asistente de Sandra Torres; a pesar de que, en contra de la voluntad popular, la UNE cooptó las salas legislativas más importantes incluyendo la de Finanzas para manejar los negocios; a pesar de que la reforma política no sirve para un carajo, pero Taracena nos dora la píldora con la igualdad de género que ya él mismo se voló por el “machismo” del resto; a pesar de que no mueve un dedo por transparentar la caja de los negocios que se aglutina en el Listado Geográfico de Obras y un largo, etcétera, hoy recibe más porquería FCN Nación que la UNE que fue apabullada en las urnas presidenciales.

Y es que si Morales desde un inició nos dice a los guatemaltecos que el modelo de este país es inviable y que será imposible construir la Guatemala del futuro sobre estas podridas bases de nuestro sistema, otro gallo habría cantado con todo lo que le ha generado desgaste y ha minado su credibilidad.

Por ejemplo, si el Presidente hubiera reconocido lo anterior, le habría sido tan fácil decir que se retiraba de la discusión del Presupuesto porque no iba a estar dispuesto a negociar con un Congreso tan corrupto y desprestigiado.

Le habría sido fácil decirle al pueblo que tuvo problemas para armar su equipo porque Guatemala no tiene una democracia real con partidos sólidos, sino es parte de una pistocracia cuyos partidos se asemejan a sociedades anónima que colocan acciones a los mejores postores y ello dificulta que más gente honrada se meta.

Cuánto se habría evitado Morales si, al reconocer los vicios del sistema, nos hubiera dicho que la razón por la que hay que poner el ojo en los contratistas o beneficiarios del dinero del Estado y cambiar la matriz de compras y ejecución de los recursos, es porque los mafiosos buscan salir de su inventario obsoleto haciendo donaciones de cosas vencidas.

Y la peor de todas, habría sido tan fácil para Morales decir que la mejor razón para cambiar este sistema estaba en las cochinadas del Congreso que llevaron a su partido a dejarlo mal parado jalándose más mafiosos, pues él se había comprometido a que no aceptarían tránsfugas.

Pero como no hizo nada de lo anterior, no solo ya perdió buena parte de su credibilidad, sino que le sirvió en bandeja de plata a Torres y a la UNE para que ellos se bañaran de gloria momentánea, misma que poco a poco se empieza a acabar porque los engaños no son para siempre, aunque así lo pretenda vender el más visible exponente de los embajadores.

Morales debe señalar todos los vicios del sistema, los chantajes que le quieren hacer y con eso comprometer a la gente porque sin una reacción ciudadana, nada va a pasar; pero quien tiene que liderar el cambio es el Presidente.

No hay a quien más culpar que a Morales por el terreno cedido, pero también es Morales el único que puede enderezar el rumbo de su Presidencia y del país.

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