Rolando Alfaro Arellano

“Justicia es lo que distingue al Estado de una banda de ladrones”
San Agustín.

I

Iniciamos una nueva serie con la esperanza de que las autoridades competentes cobren conciencia de la urgente necesidad de modernizar el sistema procesal guatemalteco.

En ese sentido tenemos la información suficiente como para este tema, no solo por los estudios y especialización efectuados, sino por la experiencia poco apreciada de las diversas autoridades con las que he tenido que tratar. Pero, como guatemalteco, no podemos seguir permitiendo que pasen los años sin verdaderamente, decir lo que la ética profesional nos ha enseñado y esto es que nuestro país se encuentra en el filo de la navaja por esa negligencia y falta de nacionalismo de algunos guatemaltecos que persisten en continuar con sistemas procesales obsoletos.

La primera reforma judicial fue la que el estadista Doctor Mariano Gálvez, planteara con los Códigos de Livingston, pero fue tan moderna dicha iniciativa que siguiendo el modelo especialmente anglosajón, se fundó en el juicio por jurados que no eran los apropiados para la idiosincrasia chapina.

Luego, ya en el Siglo XX, se quiso modificar el Código Penal y tampoco se pudo subsistiendo hasta la fecha con ligeras modificaciones el vigente desde los años 70.

Por otra parte, desde hace varios años las diversas Facultades de Derecho, han tratado de captar el interés de sus alumnos, aunque no todas les han dado la atención debida, aunque vale la pena destacar, que las Facultades de Ciencias Jurídicas, Mariano Gálvez y Rafael Landívar, han sido las pioneras modernas en incluir en sus programas de estudio la Oratoria Forense.

Por su parte, los legisladores que han ocupado curules desde la reforma constitucional de 1985, no han escatimado esfuerzos en ignorar la importancia de una justicia pronta y cumplida.

Y, para ejemplo, basta con buscar los textos escritos por abogados guatemaltecos que contemplan textos de Oratoria Forense.
Continúa.

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