Lucrecia de Palomo
Cuando discuto sobre disciplina asertiva con los docentes suelo decirles “nunca ofrezcan lo que no van a poder cumplir, ni bueno ni mal”. Esto porque un líder debe contar con la confianza de sus seguidores como uno de los pilares de su liderazgo y tener así éxito en su faena. Un maestro debe ser el líder del grupo, por tanto establece las expectativas de sus seguidores; ofrecer sin tener la certeza de lo que se promete es un peligro en cuanto que se puede perder esa seguridad necesaria en los miembros de su equipo.
Tener esa certeza, que no es más que tener el conocimiento claro y seguro de lo que va a suceder, es fundamental en la vida personal como social de los individuos. Es también parte de esa construcción intelectual que va procurando sanidad mental y a su vez, forma las fronteras invisibles que son los límites que nos permiten transitar por la vida con seguridad.
Lastimosamente vivimos en un país donde se trata de confundir con aquello de “mentira piadosa”. Decimos “mentirillas” para lograr alcanzar nuestras metas. Se escucha decir en distintos ámbitos sociales y políticos que “el fin justifica los medios”; “que a veces es necesario pintar las cosas de colores neutros para alcanzar los sólidos”. Esto ha llevado a nuestra sociedad a ser una, en donde digo un que, dependiendo para quién. Se ha creado una sociedad mentirosa, con recovecos, pliegues por todas partes y una donde “depende” es parte fundamental de la moral que se manifiesta en las conductas de los ciudadanos.
Posiblemente el presidente Morales no tenía la evidencia de vida de quienes le aseguraron que era posible manejar el Congreso sin una bancada fuerte y él, con esa certeza, creó falsas expectativas a quienes lo escucharon, pero la información que él tenía con respecto al Organismo Legislativo era falsa o errónea ya que en su campaña presidencial, aún está en la memoria de corto plazo del ciudadano, ofreció no dar cobijo en la bancada oficial, a los diputados tránsfugas. Hizo hincapié en la transparencia al no integrarlos como oficialistas. Ahora resulta que, ocho diputados (y vienen más) de dos partidos que fueron rechazados en las urnas por la mayoría de la población, son recibidos. Aduce que los diputados son una cosa y él otra. Error del líder de la nación si lo que quiere y se necesita es un liderazgo fuerte.
Varios fueron los argumentos que presentó el señor Morales en su campaña para llegar a la Presidencia. En un foro de candidatos televisado, fue categórico en decir sí a la Pena de Muerte, misma que está vigente en el Código Penal y que, aunque se ha tratado de engañar con el petate del muerto, no está prohibida en nuestro país por el Pacto de San José; está en suspenso por la necesidad de dar viabilidad al último recurso, el del indulto presidencial. Para hacer un poco de memoria, fue el presidente Portillo, quien en sus medias tintas, dizque por ser un hombre de derechos humanos, dejó en suspenso la ejecución judicial de varios asesinos que habían sido juzgados y sentenciados en las cortes (de los cuales varios se fugaron de la cárcel mientras se decide).
Ojalá que su afirmación de campaña sea certera, es el líder de la nación y ésta necesita de certeza jurídica. Esperamos cumpla con su juramento a la Constitución. De cumplir y hacer que se cumpla la ley.